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El-laberinto-de-la-soledad-Octavio-Paz-_2_

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Teocráticas o no, esas ciuda-des-Estado no eran pacíficas; los muros de

Bonampak conmemoran una batalla con su corolario ritual, el sacrificio de

los prisioneros; y en Teotihuacan aparecen muchos de los símbolos que

después figurarían en el culto solar azteca así como los emblemas de las

órdenes militares del águila y el jaguar y varios indicios de canibalismo

ritual. Muchos estudiosos minimizan estos rasgos de la civilización

mesoamericana, tendencia no menos nociva que la de aquéllos que los

exageran. Unos y otros olvidan que la ciencia no tiene por objeto juzgar

sino comprender. Mesoamérica, además, no necesita ni apologistas ni

detractores.

La segunda época, el llamado «periodo histórico», es la de las grandes

hegemonías. Fue predominantemente nahua y se inicia con Tula y su

dominación. Los toltecas llegaron hasta Yucatán y allá los mayas los vieron

con la misma admiración y el mismo horror con que después verían a los

aztecas. Para entender lo que significa el dominio de un pueblo sobre otro

hay que haber visto esa serpiente nahua de piedra que recorre el muro

frontal del templo consagrado al dios maya Chac en Uxmal: lo recorre y lo

desfigura como el hierro la frente del esclavo. A la hegemonía de Tula, tras

un periodo de confusión y luchas, sucedió la de México-Tenochtitlan. Los

nuevos señores, hasta hacía poco nómadas errantes, por muchos años

habían merodeado a las puertas de las ciudades que más tarde someterían.

La versión azteca de la civilización mesoamericana fue grandiosa y

sombría. Los grupos militares y sacerdotales, y a su imagen y semejanza la

gente del común, estaban poseídos por una creencia heroica y desmesurada:

ser los instrumentos de una tarea divina que consistía en servir, mantener y

extender el culto solar y así contribuir a la conservación del orden cósmico.

El culto exigía alimentar a los dioses con sangre humana para asegurar la

marcha del universo. Idea sublime y aterradora: la sangre como sustancia

animadora del movimiento de los mundos, un movimiento análogo al de la

danza y al de la guerra. Danza guerrera de los astros y los planetas, danza

de la destrucción creadora. Cadena de ecuaciones y transformaciones:

rito→danza→guerra→ritual→sacrificio. En esta cosmología la edad nahua

y la de sus herederos, los aztecas, era la quinta edad del mundo, la del

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