EL NARRATORIO ANTOLOGIA LITERARIA DIGITAL NRO 82 DICIEMBRE 2022
Antología de cuentos de autores de habla hispana
Antología de cuentos de autores de habla hispana
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Verificó que tres correos electrónicos programados para ese
día ya habían sido leídos y replicados, respondió uno y lo programó
para ser enviado ese día a las seis de la tarde con un breve video
adjunto.
Lo estremeció el recuerdo de su hija agarrada a su cuello,
llorando en silencio tras la última discusión que él asumió como la
despedida. “Me retiraré a algún lugar remoto a morir en paz, sin
molestar a nadie”, le había dicho. La discusión se tornó tensa y
quedó inconclusa, y ahora, con la frialdad de un correo electrónico
quería concluir lo ineludible.
“Amada hija. Hoy, cuando el sol se oculte, me habré liberado
de este cuerpo enfermo, que ofrendaré a la naturaleza, así que no te
ocupes de buscarlo, porque ese, ya no seré yo.
Te libero de seguir lidiando con mi decrepitud, ocupa tu tiempo
de mejor modo; el mío ya pasó, lo único pendiente es terminar pronto
con la precaria vida de este cuerpo en decadencia que muere
lentamente. Sé feliz a pesar de las adversidades. Yo estaré contigo a
través de tus recuerdos, así que procura los mejores.
Te amo.”
Salió erguido, aunque con paso trémulo. El efecto de la
morfina le permitía a veces caminar con placidez, pero ese día no era
uno de esos. Mientras duró el efecto del narcótico, experimentó un
falso sosiego que poco a poco fue desapareciendo a la par que el día.
Ya se había resignado a que esa dosis de la mañana era la última y
estaba dispuesto a lidiar con su suplicio cuando el dolor volviera al
caer la tarde.
Se encaminó con paso parsimonioso hacia un banco de la
plaza, a la sombra de unas acacias. Se hizo en el centro esperando
que nadie más se sentara en su banca, miró la hora en la torre de la
iglesia y la comparó con la de su reloj, bajó los hombros y la cabeza,
y con su mano izquierda cogió su derecha, que empezaba a
79