EL NARRATORIO ANTOLOGIA LITERARIA DIGITAL NRO 82 DICIEMBRE 2022
Antología de cuentos de autores de habla hispana
Antología de cuentos de autores de habla hispana
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porque es el marido de Betty ya lo hubiera exhumado —le gritó
desaforado apoyando sus dos puños sobre la tapa de cuero de la
mesa de directorio.
Luis, se quedó solo en la sala cuando todos se habían ido y
se dio cuenta de que le había dicho “exhumado” y no “despedido” o
“expulsado” que hubiera sido más apropiado. Eso marcaba que ya
no era considerado una persona, que ya se había convertido en un
cadáver, era un muerto en vida. Esa noche debía ser la última, debía
dejar de ser un monigote, una marioneta de papel para convertirse
en Luis, un ser con todas las letras, con expectativas, ideales y
sueños, alguien que podía valerse por sí solo sin necesidad de que
le banquen los gustos y mucho menos que los basureen en público.
Los chicos se fueron corriendo al jardín para ver cómo se
pintaba el cielo de colores por los fuegos artificiales. El reloj cucú
empezó a dar las campanadas que auguraban un nuevo año. Sus
suegros se pusieron de pie para abrazar a sus hijas y a su otro yerno
y Luis miraba a esa familia, a la que ya no pertenecía, cada vez más
lejos. La mesita ratona con el juego de ajedrez con sus fichas
diseminadas los separaba del primer saludo del año. El borde del
tablero asomaba por una de las aristas de la mesa. Unas copas que
había tomado de más se notaron cuando se levantó del sillón para
saludar. Estas le hicieron perder el eje. En su trayecto para besar a
Betty, Luis trastabilló pateando el tablero con tanta fuerza que
desparramó las fichas de madera por todo el living.
—Peroooooo… ¿qué está haciendo? —se escuchó el alarido
del suegro que se contuvo para no acompañar la pregunta con algún
habitual apelativo despectivo y arruinar la noche.
Betty, su madre, su hermana y el marido de su hermana se
quedaron perplejos esperando la reacción de Luis que estaba de
rodillas con su copa vacía extendida frente a ellos. Este carraspeó,
acomodó su mueca desencajada a una sonrisa fingida de oreja a
oreja. Con voz que denotaba su estado de ebriedad les dijo:
—Nada, nada que ver, ¡Feliz año, hermosa familia!
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