EL NARRATORIO ANTOLOGIA LITERARIA DIGITAL NRO 82 DICIEMBRE 2022
Antología de cuentos de autores de habla hispana
Antología de cuentos de autores de habla hispana
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-A
hí está otra vez —se dijo mi madre mirando
hacia el techo.
Seguí su mirada y vi que la lámpara del
comedor temblaba, apenas, casi
imperceptiblemente. Ese movimiento podía
deberse a cualquier cosa, una corriente de aire, las vibraciones del
tránsito o del motor del ascensor, un temblor en algún lugar de los
Andes, mi imaginación, mis problemas visuales. Solo los ruidos que
llegaban por sobre el sonido de la televisión que mi madre mantenía
encendida a toda hora, daban alguna clave sobre su origen.
—Sí —confirmó—. Otra vez.
Quien fuera el hombre que vivía en el departamento del piso
superior al nuestro tenía una serie de extrañas costumbres
cotidianas, rutinas que repetía tres veces al día, todos los días.
Siempre en los mismos horarios, sin importar que fueran día
laborable, de descanso, fiesta, patrono, cumpleaños, vacaciones, los
idus de marzo, las calendas de abril o las nonas de cualquier otro
mes. No parecía detenerse nunca, por nada ni por nadie.
Eran rutinas muy extrañas, y que duraban entre diez y
quince minutos. Comenzaba con pequeños desplazamientos de algo
pesado, como si intentara acomodarlo en algún lugar muy difícil,
porque eran movimientos rápidos y repetidos, que se tornaban
acompasados y frenéticos antes de llegar a su final. Es de suponer
que si el piso de ese departamento estuviera alfombrado como el
nuestro no tendríamos que escuchar nada de eso, pero al parecer no
era así.
Tantos movimientos deberían de ser un gran esfuerzo para
quien los realizaba, ya que ni bien comenzaban estos también lo
hacían las exclamaciones de dolor que intentaban cubrirse con el
entrechocar de palmas que seguían un ritmo sincopado con los
movimientos del mueble. Estas exclamaciones terminaban en un
gran grito que señalaba, sin dudas, que quien realizaba todo ese
esfuerzo había acabado golpeándose con algo y solo podía seguir
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