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EL NARRATORIO ANTOLOGIA LITERARIA DIGITAL NRO 82 DICIEMBRE 2022

Antología de cuentos de autores de habla hispana

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bus al lugar de la cita, en parte por su declarada alergia a los taxis.

Parando unas dos calles antes, para evitar que lo viesen venir en

plan pobretón, e hizo el resto de camino a pie.

—El bus es para perdedores —le había dicho Ozzy en una

ocasión. Aquel colega de la escena hard rock / metal al que echaba

de menos, tras verlo desplomarse por una mala mezcla de Speedball

(coca y caballo) en pleno concierto. Mientras sus queridos “colegas”

no dejaban de tocar, esperando qué se pudriese allí mismo y sus

odiosas novias le filmaban con sus móviles, como si aspiraran a

rodar una snuff movie con sus despojos y Marlowe desesperado, le

socorría ante la indiferencia del mundanal ruido.

No tardó en llegar al lugar de la quedada y los vio: Ahí

estaban sus viejos compañeros escolares, veinte años después.

Vestidos de Armani, perfumados con Euforia y calzados con Hugo

Boss tras bajar de un Mercedes de alta gama, y probablemente

estaban a la dirección de una corporación de las grandes. Le

llamaron en un tono socarrón que supuraba el veneno de la falsedad

y le sonrieron con una mueca digna de una sandía. Pero el eterno

admirador del Philip Marlowe con el cinismo del Elliot Gould de “Un

largo adiós” se fijó en sus ojos sin dejar de estudiarlos, y estos solo

expresaban una apenas disimulada repugnancia; cómo si dijesen:

—¿Quién invitó a este pordiosero de mierda? —Sí, aquellos

eran sus compañeros de antaño en él instituto. Neonazis los unos o

Sharps anti sistema los otros en sus viejos tiempos; mientras un

servidor se mantenía siempre fiel a la literatura de géneros y a la

escritura creativa de sabor “Noir” a lo Jim Thompson o Patricia

Highsmish. Aquellas ropas, perfumes, zapatos y coches, se le

antojaron una impostura todavía más evidente y nauseabunda que

la suya. Marlowe se preguntó por qué la “gente guapa” y el hampa,

se solía gastar el mismo tipo de vestuario de cara a la galería. Quizá

porque solo se trataba de un disfraz de cara al mundanal ruido, para

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