EL NARRATORIO ANTOLOGIA LITERARIA DIGITAL NRO 82 DICIEMBRE 2022
Antología de cuentos de autores de habla hispana
Antología de cuentos de autores de habla hispana
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orillan las aguas bravas. La lluvia sigue cayendo a cántaros, los
rayos agujerean el lomo de los cerros que están envueltos de esas
grisáceas nubes. El hombre no escucha casi nada, se le han tapado
los oídos, por eso percibe solo un rugir lejano. Sigue buscando
alguna esperanza con la mirada, solo encuentra al río que viene
serpenteando, burbujeando, acercándose con ironía y regresando a
su cauce, formando remolinos que le marean, y le llevan la vista
hacia abajo, llamándole, engañándole. El río marcha
inconmensurable hacia la pendiente por los despeñaderos,
rebullendo, cargado de cosas que encuentra, de animales distraídos,
de espumas que revientan como ilusiones tenues. Cuando los
torrentes van haciendo surcos gigantes que crecen y amenazan con
retroceder, el hombre puede oír con la vista el bullicio infernal que
brota de las enormes cascadas y recodos de ese valle, donde no
crecen ni árboles. El rayo retumba en su mente, está seguro de que
hay mucho ruido después de los ruidos.
Imagina una maldición para el descuido que cometió al
cruzar río arriba. Antes de entrar al agua había hecho bien los
cálculos, viendo exactamente por dónde estaba el camino que cruza
y para dar calor al cuerpo había tomado un sorbo de cañazo, con
cuidado, con ceremonia. No era la primera vez que cruzaba aquel río
que nace y crece con las primeras lluvias, como todos los años, él ha
cruzado muchas veces a pie, otras veces montado en caballo, incluso
nadando. Lo que se sabe es que él nunca se había rendido ante el
frío, los diluvios, el calor, ni contra la muerte, porque había eludido
al rayo en muchas ocasiones y se sentía casi como hijo de los cerros
y dioses de las furias naturales. Por eso decía saber sobre el
comportamiento de los ríos de la temporada, que las aguas mansas
ocultan un lado feroz, si alguien tropieza en sus correntadas, se va
derechito al mar, a menos que al río se dé por vomitar el cuerpo.
Primero desciende por toda la cordillera, luego pasa por la selva para
terminar de alimento de los peces del océano, pero él había vencido
en todas, por eso le admiraban en el pueblo.
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