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EL NARRATORIO ANTOLOGIA LITERARIA DIGITAL NRO 82 DICIEMBRE 2022

Antología de cuentos de autores de habla hispana

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cajón, tras cajón. Cuando llegó al último lo sacó y le dio la vuelta.

—Aquí está murmuró.

Era un cuaderno de notas de color ocre, que parecía antiguo.

Lo guardó en la chaqueta y miró un instante el espejo. Entonces bajó

la mirada hacia la cama. Me encogí asustada. Justo en ese momento

alguien dio tres golpes en la puerta, el hombre salió corriendo de la

habitación y se marchó. Respiré aliviada. No sabía para qué sería

aquella libreta, pero no deseaba saberlo. Llamé a un cerrajero.

La doble cerradura y la alarma me dieron tranquilidad,

aunque, estaba segura de que ya tenían lo que querían y no

volverían a molestarme. Sin embargo, cuando guardaba de nuevo

la ropa en la cómoda, noté que había algo en el interior de una

camisola de color rosa; era una hoja de papel. En ella decía:

“Puedes correr cuanto quieras, pero no podrás huir de ellos, ni

esconderte. Te encontrarán. Tu única salvación es que entregues el

cuaderno al varón. Debes ser valiente y no tener temor. A no ser que

quieras la vía más fácil; un tiro o un bote de pastillas, pero dejarás el

marrón a Shana y estará en peligro. No te comportes como una

cucaracha. Sigue el camino indicado. Recuerda que esos hombres

deben pagar por lo que hicieron. Así pues, coge al perro y llévalo a

pasear, luego olvida toda esta estupidez. Dejo el fregadero limpio.

Ayer en la reunión hubo dos copas de más. Mucha suerte, amigo mío.

Si lees esta nota, sabrás que me han encontrado”.

Me quedé pálida. En qué narices estaba metido. Por otro

lado, no teníamos perro. Y él no bebía. Estaba segura de que era un

mensaje cifrado. Pero de quién. Decidí guardarla en el interior de un

libro y olvidarme de todo. Nada podía hacer, nada quería saber,

bastante había sufrido. Terminé de poner orden y regresé a la cama.

Estaba helada.

Por la mañana cogí el libro, lo metí en mi bolso, y marché a

trabajar. Después compré unas pechugas de pollo y ensalada César

para la cena. Tuve la extraña sensación de que alguien me vigilaba.

Sin embargo, no vi ninguna señal, persona o movimiento extraño

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