EL NARRATORIO ANTOLOGIA LITERARIA DIGITAL NRO 82 DICIEMBRE 2022
Antología de cuentos de autores de habla hispana
Antología de cuentos de autores de habla hispana
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
mi ausencia, la jornada se me atragantó un poco más de lo que
esperaba, aún y así logré ponerme al día. De regreso a casa pasé por
el súper, compré una barra de pan, fruta, huevos y unas acelgas
para cenar. Cuando llegué encontré un sobre en el buzón. No tenía
remitente. Me resultó extraño. Lo mantuve entre mis manos durante
unos minutos cavilando hasta qué por fin lo abrí. Para mi sorpresa
con letras recortadas de algún periódico decía:
“Lo siento, fue un accidente y no pude hacer nada por él,
estaba muerto, le ruego ante Dios que me perdone”.
Pero qué narices significaba. ¿Por qué ahora? Deduje que
aquella persona, supo de mí a través de los periódicos. ¿Perdonar?,
¿quién puede perdonar algo así? Tiré la carta a la basura. Estaba
agotada, física y mentalmente. Me preparé la cena. Lo curioso fue
descubrir que llevaba meses sin comer con aquel apetito. Entonces
supe con certeza que otra Shana se abría camino para dar otra
oportunidad. Había muerto mi yo anterior para renacer con fuerza.
Me recosté sobre la almohada pensativa y me dormí sin pretenderlo.
Al despertar me di una ducha de agua caliente, dejando que
el chorro acariciase mis huesos reconfortando mi escuálido cuerpo.
Hasta ese momento no me había dado cuenta de lo delgada que me
había quedado. Tras tomar un café fui a trabajar con otra actitud,
me sentía viva de nuevo. El ascensor se paró como siempre en la
segunda planta.
—Shana, un sobre de color marrón ha llegado para ti —
señaló Mily— no sabía que hubieses dado estas señas para correo
personal. Yo nunca lo haría, bastante correo basura llega a casa
como para que también lo envíen al trabajo.
Me miró intrigada, como esperando una respuesta que no
hubo. Solo respondí con una elevación de hombros. Dejé el sobre
para abrirlo en casa. No quería que nada alterase mi trabajo. El día
resultó agotador, de continuas llamadas y correos a los que
respondí.
—Shana, después vamos a tomar unas copas, te apetece
106