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marianaparramo
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Después de acercarnos a los oficiantes queescogimos decidimos redactar el siguientemanifiesto que nos compromete con elproyecto y con ellos.Nosotras, quienes firmamos este documento,estamos en búsqueda de entender el paisajedel 7 de Agosto y los oficios que ocurrenallí. Asombradas por la técnica y el arte queperforman los oficiantes de la segunda capadel sector automotriz del barrio, hemos sidoconmovidas e impulsadas a aprender estosoficios para co-crear con los especialistas.Nosotras queremos visibilizar y exaltar lacultura de aprendizaje que se desarrolla entodas las capas. Queremos tener presente elmutualismo, cualidad e interacción existentedentro del barrio y la comunidad. Nuestromotor, definitivamente, es y será la admiraciónque tenemos hacia los oficiantes y sutrayectoria, los reconocemos como artistasy es importante que ellos mismos también lohagan. Queremos que los oficiantes se puedanver a sí mismos con la misma admiración quenosotros los vemos. El perrenque, el rebusque,y la calidad serán el capital de nuestrasintervenciones, pues somos conscientesdel valor incorporado que hay en estos.Igualmente, queremos enseñar a la sociedada apreciar el arte del 7 de Agosto e impulsarlosa ver su importancia, pues los oficiantesson quienes mantienen viva la industriaen la ciudad. Queremos poder nutrir esteoasis de conocimiento automotriz, pues conrespecto a lo que nos aporta, no devolvemosmucho a cambio. Buscamos hacer evidentela necesidad de estos oficios en nuestrasociedad. Finalmente, no olvidar que nosotras,como diseñadoras, tenemos la responsabilidadde ver a la persona detrás del artista.

Presentación:Hace aproximadamente 40 años el gremioautomotriz empezó a surgir en el 7, y desdeahí se ha posicionado como el epicentro dela medicina automotriz de la ciudad. Desdeque llegamos al sector nos encontramos conel boleo, el ruido, y el desorden... Es difícilsaber dónde empieza y dónde termina cadataller, pero sin duda lo más sorprendente esver la cantidad de oficiantes que hay y cómocada uno es un universo completamenteparticular dentro de la homogeneidad de laestética del lugar. De este modo, pudimosobservar que dicho universo está compuestopor cuatro capas: el rebusque, del taller alandén, los independientes, y el orden dentrodel desorden.Nosotras nos enfocaremos en la segundacapa, porque a esta pertenecen nuestrosoficiantes. El valor más destacado deHumberto y Yeison reside en la capacidadde reconstrucción que poseen, pues suespecialidad requiere de un alto grado desensibilidad táctil y visual. Esto quiere decirque cuentan con el conocimiento y lashabilidades para arreglar cualquier piezaplástica o incluso de fibra de vidrio. Esto nosimpulsó a aprender su oficio para co-crear conellos.Durante nuestra investigación encontramostres valores muy importantes presentes ensu trabajo: reparar, reciclar, y transformar. Asícomo también se hizo cada vez más evidentela importancia del andén como vitrina. Losoficiantes nos comentaron que les gustaríatener sillas para que los clientes se pudieransentar a esperar. Entonces, empezamos aanalizar las sillas de los locales y encontramosdos categorías, las de los clientes y lasde trabajar. Las de los clientes son sillasnormales, altas, con espaldar, cómodas, yalgunas pocas tienen una estética de carro. Encambio, las de trabajar son únicas para cadaoficiante, pues ellos mismos las modifican.Están las de madera o las de plástico que lescortan las patas, los bancos con un cojín, losbaldes, e incluso sillas de carros. Dichas sillasdeben ser bajitas para poder trabajar cómodosy alcanzar la herramienta, pero cada quientiene preferencias específicas.En el proceso de experimentar con lassuperficies para sentarse, nos dimos cuentade que los prototipos llamaban mucho laatención de las personas que pasaban.Muchos, incluyendo a nuestros oficiantes, nosdecían que le veían forma de animales u otrospersonajes. Ahí empezó a surgir la emoción deevocar algo que conectara con el oficiante yque ellos mismos las pudieran hacer en llave.Encargo:A partir del conocimiento e inmersióndentro del sector automotriz del barrio 7de agosto, y el oficio de reparar bómperes(información consignada en el Atlas: MedicinaAutomotriz), se busca co-crear junto a losoficiantes elegidos. Identificamos una falta dereconocimiento hacia nuestros oficiantes y loque hacen, ni los agentes externos, ni Yeisono Humberto reconocen su oficio como un artedigno de ser contemplado. Por tanto, nuestraintervención tiene el propósito de materializarel valor de reparar y reciclar que encontramosen ellos. Buscamos plasmar lo que es ser

Presentación:

Hace aproximadamente 40 años el gremio

automotriz empezó a surgir en el 7, y desde

ahí se ha posicionado como el epicentro de

la medicina automotriz de la ciudad. Desde

que llegamos al sector nos encontramos con

el boleo, el ruido, y el desorden... Es difícil

saber dónde empieza y dónde termina cada

taller, pero sin duda lo más sorprendente es

ver la cantidad de oficiantes que hay y cómo

cada uno es un universo completamente

particular dentro de la homogeneidad de la

estética del lugar. De este modo, pudimos

observar que dicho universo está compuesto

por cuatro capas: el rebusque, del taller al

andén, los independientes, y el orden dentro

del desorden.

Nosotras nos enfocaremos en la segunda

capa, porque a esta pertenecen nuestros

oficiantes. El valor más destacado de

Humberto y Yeison reside en la capacidad

de reconstrucción que poseen, pues su

especialidad requiere de un alto grado de

sensibilidad táctil y visual. Esto quiere decir

que cuentan con el conocimiento y las

habilidades para arreglar cualquier pieza

plástica o incluso de fibra de vidrio. Esto nos

impulsó a aprender su oficio para co-crear con

ellos.

Durante nuestra investigación encontramos

tres valores muy importantes presentes en

su trabajo: reparar, reciclar, y transformar. Así

como también se hizo cada vez más evidente

la importancia del andén como vitrina. Los

oficiantes nos comentaron que les gustaría

tener sillas para que los clientes se pudieran

sentar a esperar. Entonces, empezamos a

analizar las sillas de los locales y encontramos

dos categorías, las de los clientes y las

de trabajar. Las de los clientes son sillas

normales, altas, con espaldar, cómodas, y

algunas pocas tienen una estética de carro. En

cambio, las de trabajar son únicas para cada

oficiante, pues ellos mismos las modifican.

Están las de madera o las de plástico que les

cortan las patas, los bancos con un cojín, los

baldes, e incluso sillas de carros. Dichas sillas

deben ser bajitas para poder trabajar cómodos

y alcanzar la herramienta, pero cada quien

tiene preferencias específicas.

En el proceso de experimentar con las

superficies para sentarse, nos dimos cuenta

de que los prototipos llamaban mucho la

atención de las personas que pasaban.

Muchos, incluyendo a nuestros oficiantes, nos

decían que le veían forma de animales u otros

personajes. Ahí empezó a surgir la emoción de

evocar algo que conectara con el oficiante y

que ellos mismos las pudieran hacer en llave.

Encargo:

A partir del conocimiento e inmersión

dentro del sector automotriz del barrio 7

de agosto, y el oficio de reparar bómperes

(información consignada en el Atlas: Medicina

Automotriz), se busca co-crear junto a los

oficiantes elegidos. Identificamos una falta de

reconocimiento hacia nuestros oficiantes y lo

que hacen, ni los agentes externos, ni Yeison

o Humberto reconocen su oficio como un arte

digno de ser contemplado. Por tanto, nuestra

intervención tiene el propósito de materializar

el valor de reparar y reciclar que encontramos

en ellos. Buscamos plasmar lo que es ser

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