MANUAL
Después de acercarnos a los oficiantes queescogimos decidimos redactar el siguientemanifiesto que nos compromete con elproyecto y con ellos.Nosotras, quienes firmamos este documento,estamos en búsqueda de entender el paisajedel 7 de Agosto y los oficios que ocurrenallí. Asombradas por la técnica y el arte queperforman los oficiantes de la segunda capadel sector automotriz del barrio, hemos sidoconmovidas e impulsadas a aprender estosoficios para co-crear con los especialistas.Nosotras queremos visibilizar y exaltar lacultura de aprendizaje que se desarrolla entodas las capas. Queremos tener presente elmutualismo, cualidad e interacción existentedentro del barrio y la comunidad. Nuestromotor, definitivamente, es y será la admiraciónque tenemos hacia los oficiantes y sutrayectoria, los reconocemos como artistasy es importante que ellos mismos también lohagan. Queremos que los oficiantes se puedanver a sí mismos con la misma admiración quenosotros los vemos. El perrenque, el rebusque,y la calidad serán el capital de nuestrasintervenciones, pues somos conscientesdel valor incorporado que hay en estos.Igualmente, queremos enseñar a la sociedada apreciar el arte del 7 de Agosto e impulsarlosa ver su importancia, pues los oficiantesson quienes mantienen viva la industriaen la ciudad. Queremos poder nutrir esteoasis de conocimiento automotriz, pues conrespecto a lo que nos aporta, no devolvemosmucho a cambio. Buscamos hacer evidentela necesidad de estos oficios en nuestrasociedad. Finalmente, no olvidar que nosotras,como diseñadoras, tenemos la responsabilidadde ver a la persona detrás del artista.
Presentación:Hace aproximadamente 40 años el gremioautomotriz empezó a surgir en el 7, y desdeahí se ha posicionado como el epicentro dela medicina automotriz de la ciudad. Desdeque llegamos al sector nos encontramos conel boleo, el ruido, y el desorden... Es difícilsaber dónde empieza y dónde termina cadataller, pero sin duda lo más sorprendente esver la cantidad de oficiantes que hay y cómocada uno es un universo completamenteparticular dentro de la homogeneidad de laestética del lugar. De este modo, pudimosobservar que dicho universo está compuestopor cuatro capas: el rebusque, del taller alandén, los independientes, y el orden dentrodel desorden.Nosotras nos enfocaremos en la segundacapa, porque a esta pertenecen nuestrosoficiantes. El valor más destacado deHumberto y Yeison reside en la capacidadde reconstrucción que poseen, pues suespecialidad requiere de un alto grado desensibilidad táctil y visual. Esto quiere decirque cuentan con el conocimiento y lashabilidades para arreglar cualquier piezaplástica o incluso de fibra de vidrio. Esto nosimpulsó a aprender su oficio para co-crear conellos.Durante nuestra investigación encontramostres valores muy importantes presentes ensu trabajo: reparar, reciclar, y transformar. Asícomo también se hizo cada vez más evidentela importancia del andén como vitrina. Losoficiantes nos comentaron que les gustaríatener sillas para que los clientes se pudieransentar a esperar. Entonces, empezamos aanalizar las sillas de los locales y encontramosdos categorías, las de los clientes y lasde trabajar. Las de los clientes son sillasnormales, altas, con espaldar, cómodas, yalgunas pocas tienen una estética de carro. Encambio, las de trabajar son únicas para cadaoficiante, pues ellos mismos las modifican.Están las de madera o las de plástico que lescortan las patas, los bancos con un cojín, losbaldes, e incluso sillas de carros. Dichas sillasdeben ser bajitas para poder trabajar cómodosy alcanzar la herramienta, pero cada quientiene preferencias específicas.En el proceso de experimentar con lassuperficies para sentarse, nos dimos cuentade que los prototipos llamaban mucho laatención de las personas que pasaban.Muchos, incluyendo a nuestros oficiantes, nosdecían que le veían forma de animales u otrospersonajes. Ahí empezó a surgir la emoción deevocar algo que conectara con el oficiante yque ellos mismos las pudieran hacer en llave.Encargo:A partir del conocimiento e inmersióndentro del sector automotriz del barrio 7de agosto, y el oficio de reparar bómperes(información consignada en el Atlas: MedicinaAutomotriz), se busca co-crear junto a losoficiantes elegidos. Identificamos una falta dereconocimiento hacia nuestros oficiantes y loque hacen, ni los agentes externos, ni Yeisono Humberto reconocen su oficio como un artedigno de ser contemplado. Por tanto, nuestraintervención tiene el propósito de materializarel valor de reparar y reciclar que encontramosen ellos. Buscamos plasmar lo que es ser
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Presentación:
Hace aproximadamente 40 años el gremio
automotriz empezó a surgir en el 7, y desde
ahí se ha posicionado como el epicentro de
la medicina automotriz de la ciudad. Desde
que llegamos al sector nos encontramos con
el boleo, el ruido, y el desorden... Es difícil
saber dónde empieza y dónde termina cada
taller, pero sin duda lo más sorprendente es
ver la cantidad de oficiantes que hay y cómo
cada uno es un universo completamente
particular dentro de la homogeneidad de la
estética del lugar. De este modo, pudimos
observar que dicho universo está compuesto
por cuatro capas: el rebusque, del taller al
andén, los independientes, y el orden dentro
del desorden.
Nosotras nos enfocaremos en la segunda
capa, porque a esta pertenecen nuestros
oficiantes. El valor más destacado de
Humberto y Yeison reside en la capacidad
de reconstrucción que poseen, pues su
especialidad requiere de un alto grado de
sensibilidad táctil y visual. Esto quiere decir
que cuentan con el conocimiento y las
habilidades para arreglar cualquier pieza
plástica o incluso de fibra de vidrio. Esto nos
impulsó a aprender su oficio para co-crear con
ellos.
Durante nuestra investigación encontramos
tres valores muy importantes presentes en
su trabajo: reparar, reciclar, y transformar. Así
como también se hizo cada vez más evidente
la importancia del andén como vitrina. Los
oficiantes nos comentaron que les gustaría
tener sillas para que los clientes se pudieran
sentar a esperar. Entonces, empezamos a
analizar las sillas de los locales y encontramos
dos categorías, las de los clientes y las
de trabajar. Las de los clientes son sillas
normales, altas, con espaldar, cómodas, y
algunas pocas tienen una estética de carro. En
cambio, las de trabajar son únicas para cada
oficiante, pues ellos mismos las modifican.
Están las de madera o las de plástico que les
cortan las patas, los bancos con un cojín, los
baldes, e incluso sillas de carros. Dichas sillas
deben ser bajitas para poder trabajar cómodos
y alcanzar la herramienta, pero cada quien
tiene preferencias específicas.
En el proceso de experimentar con las
superficies para sentarse, nos dimos cuenta
de que los prototipos llamaban mucho la
atención de las personas que pasaban.
Muchos, incluyendo a nuestros oficiantes, nos
decían que le veían forma de animales u otros
personajes. Ahí empezó a surgir la emoción de
evocar algo que conectara con el oficiante y
que ellos mismos las pudieran hacer en llave.
Encargo:
A partir del conocimiento e inmersión
dentro del sector automotriz del barrio 7
de agosto, y el oficio de reparar bómperes
(información consignada en el Atlas: Medicina
Automotriz), se busca co-crear junto a los
oficiantes elegidos. Identificamos una falta de
reconocimiento hacia nuestros oficiantes y lo
que hacen, ni los agentes externos, ni Yeison
o Humberto reconocen su oficio como un arte
digno de ser contemplado. Por tanto, nuestra
intervención tiene el propósito de materializar
el valor de reparar y reciclar que encontramos
en ellos. Buscamos plasmar lo que es ser