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La Aviación: su historia y sus máximos exponentes
hubiera funcionado por el efecto de la
presión atmosférica.
Un siglo después, en 1766, el inglés
Henry Cavendish (1731-1810) descubrió
que el hidrógeno tenía una propiedad
que lo hacía útil en experimentos donde
se tratara de hacer despegar del suelo
objetos más pesados que el aire: su
escaso peso.
Ese fue el experimento que llevó a cabo
Joseph Black (1728-1799) en la Universidad
de Edimburgo, soltando ante sus
alumnos una vejiga inflada con hidrógeno
que rápidamente ascendió al techo.
La fuerza ascendente del hidrógeno
estaba ya lo bastante demostrada cuando
el italiano Tiberius Cavallo (1749-1809),
que trabajaba en Reino Unido, hacía exhibiciones
con pompas de jabón llenas
de este gas, como describe en su History
and Practice of Aerostation, en 1785.
De este científico, y del inglés Joseph
Priestley (1733-1804) y sus Experiments
and Observations of Different Kinds of
Air, aprendió el francés Joseph-Michel
Montgolfier (1740-1810) para insuflar en
su globo de papel aire caliente.
Joseph y su hermano Jacques-Étienne
Montgolfier (1745-1799) elevaron en
junio de 1783 un globo sobre la ciudad
de Annonay, dejando a sus convecinos
realmente anonadados. En septiembre
de aquel mismo año, los intrépidos
hermanos consiguieron en presencia de
Timetoast - Historias del avión
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