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La Aviación: su historia y sus máximos exponentes
vanni Fontana diseñó un pájaro capaz
de volar. Impulsado éste por un cohete
oculto entre sus plumas artificiales. Se
trataba de un uso primitivo de la propulsión
a reacción (avión a reacción), y
fue un ingenio que causó gran sensación,
como también la causaron otros.
Pero fueron raros experimentos dentro
de la historia de los aviones, de los
que hoy tenemos constancia gracias a
que quedaron plasmados en dibujos y
formulaciones teóricas de aspiraciones.
Sueños que perviven en raros manuscritos.
Timetoast - Evolución del Avión
Se podría considerar que el primer
precursor del vuelo del hombre fue Leonardo
da Vinci (1452-1519). Este inventor
(entre muchas otras cosas) de la ciudad
italiana de Florencia conoció estos
precedentes cuando inventó la máquina
voladora. Ésta, estaba concebida de
tal forma que el piloto moviera las alas
con las manos y los pies, y la cola con
la cabeza.
Da Vinci, inventó una especie de helicóptero,
con un ala en espiral que se
“enroscaba” en el aire. El principio era el
mismo que el de los modernos helicópteros.
En el transcurso de casi tres siglos
(hasta el XIX), no cesaron los intentos
de volar llevados a cabo por toda clase de
hombres valerosos y algunas veces fanáticos.
Éste es, en efecto, el período que separa
a Leonardo de los primeros intentos
serios para volar efectuados por la
técnica moderna. Como curiosidad, ya
en esa época el hombre plasmaba en libros
sus deseos de volar. Como la estrambótica
aventura del obispo inglés
Francis Godwin (1562-1633) y su Speedy
Messenger o su discurso The Man on the
Moon, donde describe un viaje a la luna
utilizando la fuerza propulsora de una
bandada de gansos. ¡Era tan fácil volar
con la fantasía…!
El primer diseño conocido de un aparato
cuya finalidad fuera volar, lo hizo
en 1670 el jesuita Francesco de Lana
Terzi (1631-1687). Su artilugio, pretendía
ser más ligero que el aire, en forma
de nave impulsada por una vela.
Tenía el objetivo de flotar en el espacio
mediante cuatro esferas de cobre de
seis metros de diámetro a las que se habría
practicado el vacío, y que avanzaría
y se orientaría mediante remos. Aunque
el principio era válido, este artilugio no
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