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Rallo-Una-Revolución-Liberal-para-España

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medios privados no ofrecen programación de calidad, sino sólo telebasura.

En el fondo, pues, lo que se está señalando es que los medios públicos

tienen que reeducar a los ciudadanos, «enseñándoles» a que aprecien

programas de calidad que giren especialmente alrededor de la propia

cultura.

El argumento puede tener su aparente lógica, pero sigue sin ser

suficiente para justificar la financiación coactiva de un medio de

comunicación (incluyendo las subvenciones públicas a los medios

privados). Primero, porque si un grupo de personas quiere reeducar a sus

compatriotas, lo que debe hacer es recaudar por sí solo los fondos

necesarios y montar su propio canal temático: si el sector estuviera

liberalizado (como debería estarlo), crear una televisión o una radio sería

muy asequible, como ilustra la legión de televisiones locales que había por

toda España antes de que el «apagón analógico» obligara a cerrarlas o la

multitud de radios piratas que a día de hoy siguen operando a espaldas del

control administrativo. Con internet, además, esos costes de emisión se

reducen a un monto casi marginal (sobre todo en el caso de medios

focalizados en la transmisión de ciertos valores o de cierta cultura, que no

deberían requerir de carísimas superproducciones). Segundo porque, aun

cuando un canal público ofrezca programación «de calidad», la gente

simplemente puede escoger no sintonizarlo: si desde el comienzo los

ciudadanos no deseaban visionar esa programación «de calidad» (de ahí que

ningún empresario privado se lanzara a la aventura de ofrecerla), no parece

probable que comiencen a hacerlo por el hecho de que la ofrezca un medio

estatal; es decir, los ciudadanos pueden simplemente seguir refugiándose en

la «telebasura» ofertada por el sector privado, resistiéndose así a ser

«reeducados» por los burócratas de turno. Tercero, porque el término

«calidad» hacia el que se debe reeducar a la gente es bastante subjetivo:

¿los Juegos Olímpicos (o el deporte) son programación de calidad? ¿Y los

documentales de animales? ¿Y el cine español? ¿Y las series

estadounidenses de entretenimiento? ¿Y los programas sobre nuevas

tecnologías? ¿Y la retransmisión de un baile regional? ¿Y cualquier

contenido que se emita en la lengua local? Cada cual tiene su propio

concepto de calidad y lo que unos aclaman como un logro cultural, otros lo

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