Freed-Fifty-Shades-Freed-As-Told

kalpana3023talsaniya
from kalpana3023talsaniya More from this publisher
28.11.2022 Views

¡Habla de una vez!—Ana dice que lo siente, pero qu… que está oc… ocupaday que lo llam… llamará más tarde.Joder. No puede ni hablar.—Vale —contesto, y le cuelgo.Mierda. ¿Qué hago?¡Prescott! Pues claro.Ana dijo que Prescott estaría en la reunión con ella. Llevasu teléfono, pero creo que no tengo su número.—¡Andrea! —grito otra vez, y asoma por la puerta al cabode un instante, con gesto confuso—. Ponme a Prescott alteléfono.Andrea se queda momentáneamente perpleja y creo queestoy a punto de explotar.—Belinda Prescott, la guardaespaldas de Ana —le suelto—.¡Ahora!—Ah, sí. —Andrea desaparece.No seas capullo, Grey.Respirando hondo para tratar de tranquilizarme, me levantoy empiezo a pasearme arriba y abajo por detrás de la mesa,consciente de que Andrea averiguará enseguida el número dePrescott. Siento que me va a dar algo por culpa de la ansiedad.Me aflojo el nudo de la corbata y me desabrocho el primerbotón de la camisa para respirar mejor, pero una imagen deLeila —desaliñada y hecha un harapo, amenazando a Ana apunta de pistola— se materializa en mi mente.

Es una tortura.Mi ira y mi preocupación aumentan varios puntos en laescala de Richter.Cuando suena el teléfono, contesto de inmediato.—La guardaespaldas de la señora Grey al teléfono —diceAndrea.—Señor Grey —dice Prescott.—Prescott, no sé cómo decirte la decepción que me hellevado contigo ahora mismo. Déjame hablar con mi esposa.—Sí, señor —responde.Se oye el murmullo de fondo de una conversación.—¿Sí, Christian? —me suelta Ana, y por su tono sé que estáen plan altanero, dignándose hablar conmigo desde su putopedestal.—¿A qué demonios estás jugando? —le grito al teléfono.—No me grites. —Su réplica solo hace que enfurecermeaún más.—¿Cómo que no te grite? —Mi voz atronadora resuena portoda la habitación y por el teléfono—. Te he dadoinstrucciones específicas que tú acabas de ignorar… otra vez.Joder, Ana, estoy muy furioso.—Pues cuando te calmes, hablaremos de esto.¡Oh, no!—Ni se te ocurra colgarme.—Adiós, Christian.

Es una tortura.

Mi ira y mi preocupación aumentan varios puntos en la

escala de Richter.

Cuando suena el teléfono, contesto de inmediato.

—La guardaespaldas de la señora Grey al teléfono —dice

Andrea.

—Señor Grey —dice Prescott.

—Prescott, no sé cómo decirte la decepción que me he

llevado contigo ahora mismo. Déjame hablar con mi esposa.

—Sí, señor —responde.

Se oye el murmullo de fondo de una conversación.

—¿Sí, Christian? —me suelta Ana, y por su tono sé que está

en plan altanero, dignándose hablar conmigo desde su puto

pedestal.

—¿A qué demonios estás jugando? —le grito al teléfono.

—No me grites. —Su réplica solo hace que enfurecerme

aún más.

—¿Cómo que no te grite? —Mi voz atronadora resuena por

toda la habitación y por el teléfono—. Te he dado

instrucciones específicas que tú acabas de ignorar… otra vez.

Joder, Ana, estoy muy furioso.

—Pues cuando te calmes, hablaremos de esto.

¡Oh, no!

—Ni se te ocurra colgarme.

—Adiós, Christian.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!