Freed-Fifty-Shades-Freed-As-Told
—¿Ya has pescado aquí antes? —le pregunto a Ethanmientras caminamos hacia la orilla.—Aquí no. Pero sí por el Yakima. Mi padre es un granaficionado.—¿Ah, sí?Bueno, otra razón para que me guste Eamon Kavanagh.—Sí. Mi padre me contó que estás trabajando con él —diceEthan.—GEH está actualizando su red de fibra óptica.—Está encantado.Sonrío.—Me gusta trabajar con él. Tiene la cabeza muy bienamueblada.Ethan asiente.—Él piensa lo mismo sobre ti.—Me alegra oírlo. —Saco de la mochila una caja demoscas. En su interior hay una colección impresionante—. Lashace el marido de Carmella. Son ideales para la trucha.—Genial.Escoge una y se queda mirándola con detenimiento.—Sí. —Escojo una—. Las moscas de mayo estáneclosionando ahora.—Esto servirá. Vamos a ensartar unos cuantos anzuelos. Tedejaré un poco de espacio —dice, y ambos nos desplazamospor el rocoso lecho del río en direcciones opuestas.
Tengo el carrete montado, pero rápidamente monto el restode la caña, inserto el sedal en las guías y ato la mosca a lapunta. Estoy listo. Con solo una mirada a Ethan, quien debe deestar a unos siete metros de distancia, sé que él también estálisto. Realiza su primer lanzamiento. Es suave y grácil, y lamosca aterriza en lo que parece el punto ideal en el agua. Sabelo que se hace.El Roaring Fork borbotea a mis pies en dirección oeste,flanqueado por rocas y abedules plateados. Es un enclaveperfecto y tranquilo. La visión de este entorno natural me hacelanzar un suspiro relajado. Me quedo mirando intensamente elagua y la veo fluir hasta que se hunde lentamente en el bajío.Mi padre está de pie junto a mí en el agua.Llevamos botas de pesca. Él está mirando el río condetenimiento.—Verás, hijo, tienes que aprender a leer lo que dice el aguacomo si leyeras un libro. Buscar las señales evidentes de laseñora Trucha. Podría estar oculta bajo las rocas del río.Podría estar en la confluencia del río. ¿Ves la confluencia?Donde las aguas tranquilas se encuentran con las corrientesrápidas.»Y busca las burbujas. Podría estar comiendo justo ahí. Leencantan las moscas de mayo, sobre todo en esta época delaño. No se resiste a una mosca. La engañaremos con esto.Coge tu mosca y colócala en la punta. Toma. Así. —Mi padreata la mosca—. Ahora hazlo tú.
- Page 758 and 759: Vuelvo a cubrirme la cara con el br
- Page 760 and 761: Levanto el brazo y me la quedo mira
- Page 762 and 763: —Pero tú eliges desafiarme.Estoy
- Page 764 and 765: —Porque… Porque estabas tan enf
- Page 766 and 767: Sonrío.—Podrías haber venido co
- Page 768 and 769: Miro a mi alrededor. Estamos en la
- Page 770 and 771: Sí que ha sido…¡Rápido!Sacudo
- Page 772 and 773: —Oh, nena… —jadeo al tiempo q
- Page 774 and 775: Se me escapa una sonrisa satisfecha
- Page 776 and 777: Sábado, 27 de agosto de 2011Ana es
- Page 778 and 779: ¿Pajarillo? ¿Qué narices signifi
- Page 780 and 781: ¿No puedes dormir?ELLIOTNo. ¿Y t
- Page 782 and 783: —Bueno, como ya sabes, hizo que A
- Page 784 and 785: —Lo siento.Apoyo mi frente contra
- Page 786 and 787: Y le recorro el muslo con una mano.
- Page 788 and 789: ¡Ja! Pues a lo mejor lo hago.—¡
- Page 790 and 791: Me inquieta imaginar a Ana con los
- Page 792 and 793: —Pero seguro que no ha podido mon
- Page 794 and 795: Cuando el Gulfstream se detiene por
- Page 796 and 797: —Yo espero que mi marido me ense
- Page 798 and 799: —La señora Bentley. Vive aquí c
- Page 800 and 801: —Es preciosa, Christian. —Me mi
- Page 802 and 803: —Lo sé. Yo también lo siento. V
- Page 804 and 805: Trago saliva.—Algún día.Su sonr
- Page 806 and 807: las llaves del Audi. Él me ha dich
- Page 810 and 811: Tras un par de intentos, lo consigo
- Page 812 and 813: solo amigos.—Creo que a ella le g
- Page 814 and 815: —¿Y la pesca? —vuelve a pregun
- Page 816 and 817: Subo los peldaños de la escalera d
- Page 818 and 819: —Relájate. Hay desagües en el s
- Page 820 and 821: Dejo que Ana vaya a vestirse para l
- Page 822 and 823: —Bueno ¿qué hay entre Mia y tú
- Page 824 and 825: Anastasia Grey. Uau.Me quedo de pie
- Page 826 and 827: Ella suspira cuando hago presión c
- Page 828 and 829: Bien.Podría tener frío más tarde
- Page 830 and 831: Yo me río cuando el público enloq
- Page 832 and 833: El camarero descorcha el champán y
- Page 834 and 835: La chica se marcha contoneándose m
- Page 836 and 837: la pista, a mover el trasero y a da
- Page 838 and 839: —Sí. He pensado que era ahora o
- Page 840 and 841: —¿Estás bien? —le pregunto.
- Page 842 and 843: Cuando cambian de tema, Ana está s
- Page 844 and 845: —¿Mejor?Ella asiente y me dedica
- Page 846 and 847: —Eres un hijo de puta pervertido.
- Page 848 and 849: —Ana, si me meto en la cama conti
- Page 850 and 851: La beso en la mejilla. Me busca con
- Page 852 and 853: Me encojo de hombros. Una parte de
- Page 854 and 855: Emito un gruñido ronco desde el fo
- Page 856 and 857: —¡Joder!La agarro por los muslos
—¿Ya has pescado aquí antes? —le pregunto a Ethan
mientras caminamos hacia la orilla.
—Aquí no. Pero sí por el Yakima. Mi padre es un gran
aficionado.
—¿Ah, sí?
Bueno, otra razón para que me guste Eamon Kavanagh.
—Sí. Mi padre me contó que estás trabajando con él —dice
Ethan.
—GEH está actualizando su red de fibra óptica.
—Está encantado.
Sonrío.
—Me gusta trabajar con él. Tiene la cabeza muy bien
amueblada.
Ethan asiente.
—Él piensa lo mismo sobre ti.
—Me alegra oírlo. —Saco de la mochila una caja de
moscas. En su interior hay una colección impresionante—. Las
hace el marido de Carmella. Son ideales para la trucha.
—Genial.
Escoge una y se queda mirándola con detenimiento.
—Sí. —Escojo una—. Las moscas de mayo están
eclosionando ahora.
—Esto servirá. Vamos a ensartar unos cuantos anzuelos. Te
dejaré un poco de espacio —dice, y ambos nos desplazamos
por el rocoso lecho del río en direcciones opuestas.