Freed-Fifty-Shades-Freed-As-Told
—Oh, nena… —jadeo al tiempo que la rodeo con los brazosy le acuno la cabeza, colmando su rostro de dulces besos.Impulso la cadera y ella se aferra a mis brazos con unamirada salvaje. Le agarro el culo y la levanto al tiempo queempujo mi trasero una vez más para penetrarla.—Ah —gime, y nos besamos mientras entro y salgo de ella,despacio.Aprieta los muslos a mi alrededor mientras nos movemos alunísono.Despacio. Dulcemente.Inclina la cabeza hacia atrás y abre la boca en un grito mudode placer.—Ana —murmuro sobre su garganta, y la beso.Nos movemos.Juntos.En éxtasis.—Te quiero, Ana.Me rodea la nuca con las manos.—Yo también te quiero, Christian.Abre los ojos y nos miramos fijamente.Con creciente excitación.Acercándonos al clímax.Cada vez más cerca.Está a punto.
—Córrete para mí, nena —le pido en voz baja, y ella cierralos ojos con fuerza y lanza un potente grito al tiempo que seabandona a su liberación.¡Ah!Apoyo la frente contra la suya y susurro su nombre muybajito mientras su cuerpo arrastra el mío hacia un lento y dulceorgasmo.Cuando desciendo de las alturas, la subo a la cama y nosquedamos tumbados, el uno en los brazos del otro.—¿Mejor ahora? —pregunto mientras le acaricio el cuellocon la nariz.—Mmm.—¿Nos vamos a la cama o quieres dormir aquí?—Mmm.Sonrío.—Señora Grey, hábleme.—Mmm.—¿Eso es todo lo que puedes articular?—Mmm.—Vamos, te voy a llevar a la cama. No me gusta dormiraquí.Se mueve.—Espera —murmura.¿Y ahora qué?—¿Estás bien? —pregunta.
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- Page 726 and 727: —Quizá. Iba a entregar unas lám
- Page 728 and 729: Ana está tendida delante de mí, d
- Page 730 and 731: —Buenas noches, señora Grey. —
- Page 732 and 733: —¿Y no me llamaste para decírme
- Page 734 and 735: —No sé si eso es así.—Piénsa
- Page 736 and 737: —Pregunta.—¿Por qué le has pu
- Page 738 and 739: —Oh, mujer de poca fe… Cierra l
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—Córrete para mí, nena —le pido en voz baja, y ella cierra
los ojos con fuerza y lanza un potente grito al tiempo que se
abandona a su liberación.
¡Ah!
Apoyo la frente contra la suya y susurro su nombre muy
bajito mientras su cuerpo arrastra el mío hacia un lento y dulce
orgasmo.
Cuando desciendo de las alturas, la subo a la cama y nos
quedamos tumbados, el uno en los brazos del otro.
—¿Mejor ahora? —pregunto mientras le acaricio el cuello
con la nariz.
—Mmm.
—¿Nos vamos a la cama o quieres dormir aquí?
—Mmm.
Sonrío.
—Señora Grey, hábleme.
—Mmm.
—¿Eso es todo lo que puedes articular?
—Mmm.
—Vamos, te voy a llevar a la cama. No me gusta dormir
aquí.
Se mueve.
—Espera —murmura.
¿Y ahora qué?
—¿Estás bien? —pregunta.