28.11.2022 Views

Freed-Fifty-Shades-Freed-As-Told

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Saludo a las dos recepcionistas con un gesto y me dirijo a

los ascensores. Ambas me contestan con la mano, y me fijo en

que también ellas llevan los pases. Resulta tranquilizador.

Andrea y Sarah levantan la mirada cuando las puertas del

ascensor se abren; las dos llevan su identificación colgada de

un cordón.

—Bienvenido de vuelta, señor Grey —dice Andrea.

—Buenos días. ¿Cómo estás? Ah, esto es para Sarah y para

ti.

Dejo en su mesa una bolsa que contiene una gran caja de

bombones (de Ladurée, cerca del Jardín de las Tullerías, en

París) que Ana insistió en comprarles. Andrea se sonroja, se ha

quedado sin habla.

Sí. No la culpo. Salvo por el regalo de bodas que le hice, es

la primera vez que le traigo nada.

—Gracias —consigue decir mirando la bolsa con gran

interés.

—De nada. Habría comprado también sus famosos

macarons, pero me recomendaron los bombones porque tienen

una caducidad más larga.

—Gracias, señor Grey —dice Andrea cuando recupera la

compostura—. ¿Un café?

—Sí, por favor. Solo.

—Enseguida.

Entro en mi despacho y dejo atrás las risitas de Sarah y los

leves susurros de Andrea haciéndola callar. Pongo los ojos en

blanco, cierro la puerta y me aíslo de su cháchara.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!