Freed-Fifty-Shades-Freed-As-Told
Sí, señora Grey. Lo creas o no, puedo ser encantador.—Ahora concéntrate. ¿Cómo va el Dodge, Sawyer? —pregunto.—Acaba de alcanzar los ciento setenta y cinco, señor —contesta Sawyer.Ana da un respingo y pisa a fondo el acelerador de maneraque el Audi coge velocidad.Tenemos delante un Ford Mustang.Joder, mierda.—Hazle una señal con las luces —le ordeno.—Pero eso solo lo hacen los gilipollas.—¡Pues sé un poco gilipollas! —exclamo entre dientes,tratando de mantener a raya mi cabreo con el Mustang y miansiedad, cada vez más disparada.—Eh… ¿dónde están las luces? —pregunta Ana.—El indicador. Tira hacia ti.El capullo capta el mensaje y se aparta, enseñándonos eldedo.—Él es el gilipollas —mascullo—. Sal por Stewart —ledigo a Ana—. Vamos a tomar la salida de Stewart Street —informo a Sawyer.—Vayan directamente al Escala, señor.Ana mira por el retrovisor, frunciendo el ceño. Pone elintermitente y cruza cuatro carriles de la autopista para tomarla rampa de la vía de salida, reduce la velocidad y luego giracon suavidad hacia Stewart Street.
Es maravillosa.—Hemos tenido mucha suerte con el tráfico. Pero tambiénel Dodge la ha tenido. No reduzcas la velocidad, Ana. Quierollegar a casa.—No recuerdo el camino —dice con un chillido.—Continúa hacia el sur por Stewart. Hasta que te diga quegires.Sigue avanzando calle abajo.Mierda, el semáforo de Yale está en ámbar.—¡Sáltatelo, Ana! —le grito.Ana se pasa con el acelerador, por lo que nos lanzamos denuevo contra los asientos mientras atravesamos el cruce a todavelocidad. El semáforo ya está en rojo.—Está enfilando Stewart —dice Sawyer.—No lo pierdas, Luke.—¿Luke?—Se llama así.¿No lo sabías?Me mira.—¡La vista en la carretera! —exclamo.—¿Luke Sawyer?—¡Sí! —¿Por qué estamos hablando de esto ahora?—Ah.—Así me llamo, señora —dice Sawyer—. El Sudes estábajando por Stewart, señor. Vuelve a aumentar la velocidad.
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- Page 454 and 455: Ella me besa el pecho, con suavidad
- Page 456 and 457: —Puede que me haga daño a mí.
- Page 458 and 459: —No —le digo con voz queda cuan
- Page 460 and 461: —Por supuesto que sí.—Solo nos
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- Page 466 and 467: —La misma de siempre, señora Gre
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- Page 478 and 479: —No, no me pasa nada. —Sube la
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- Page 532 and 533: —Solo lo digo por si acaso… —
- Page 534 and 535: —Sí, señor Grey. —Parece un p
- Page 536 and 537: —Has pensado bien. Envíamelo ya.
- Page 538 and 539: reproducción y esta vez es una sec
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- Page 542 and 543: —¿Barney puede hacer todo eso?
- Page 544 and 545: Me mira con recelo.—De comida, la
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Sí, señora Grey. Lo creas o no, puedo ser encantador.
—Ahora concéntrate. ¿Cómo va el Dodge, Sawyer? —
pregunto.
—Acaba de alcanzar los ciento setenta y cinco, señor —
contesta Sawyer.
Ana da un respingo y pisa a fondo el acelerador de manera
que el Audi coge velocidad.
Tenemos delante un Ford Mustang.
Joder, mierda.
—Hazle una señal con las luces —le ordeno.
—Pero eso solo lo hacen los gilipollas.
—¡Pues sé un poco gilipollas! —exclamo entre dientes,
tratando de mantener a raya mi cabreo con el Mustang y mi
ansiedad, cada vez más disparada.
—Eh… ¿dónde están las luces? —pregunta Ana.
—El indicador. Tira hacia ti.
El capullo capta el mensaje y se aparta, enseñándonos el
dedo.
—Él es el gilipollas —mascullo—. Sal por Stewart —le
digo a Ana—. Vamos a tomar la salida de Stewart Street —
informo a Sawyer.
—Vayan directamente al Escala, señor.
Ana mira por el retrovisor, frunciendo el ceño. Pone el
intermitente y cruza cuatro carriles de la autopista para tomar
la rampa de la vía de salida, reduce la velocidad y luego gira
con suavidad hacia Stewart Street.