Freed-Fifty-Shades-Freed-As-Told

kalpana3023talsaniya
from kalpana3023talsaniya More from this publisher
28.11.2022 Views

—He estado pensando en nuestra última conversación,Christian.—¿Sí, señora?—Sí, lo que me dijiste de abandonar Harvard. Voy aprestarte cien mil dólares para que abras tu negocio.—¿En serio?—Christian, tengo mucha fe en ti. Estás destinado aconvertirte en el amo del universo. Será un préstamo y podrásdevolvérmelo.—Elena… no sé…—Puedes darme las gracias enseñándome qué es lo que hasaprendido hoy, hace un rato. Tú encima y yo debajo. No medejes señales.Niego con la cabeza; fue así como empezó mientrenamiento como dominante. Mi éxito como empresario vaatado a mi elección de estilo de vida. Sonrío ante el juego depalabras y luego arrugo la frente. No puedo creer que no hayahecho esa conexión de forma consciente hasta ahora.Mierda. No puedo esconderme detrás de mi mesa. Le debouna llamada.Es hora de dar la cara, Grey.A regañadientes, pulso su número en mi teléfono.Responde al primer tono de llamada.—Christian, ¿por qué no me has llamado?—Te estoy llamando ahora.

—¿Qué narices pasa con tu madre y tu… prometida? —pronuncia esa última palabra con absoluto desdén.—Elena, es una llamada de cortesía. Voy a regalarte elnegocio. Me he puesto en contacto con Debra Kingston, ella seencargará de redactar todo el papeleo. Se acabó. No podemosseguir haciendo esto.—¿Qué? ¿De qué hablas?—Lo digo en serio. Ya no tengo energía para todas tusgilipolleces. Te pedí que dejaras a Ana en paz y no me hicistecaso. Se recoge lo que se siembra, señora Lincoln. Se acabó.No me llames más.—Chris… —oigo la alarma en su voz al colgar.El teléfono me suena inmediatamente y su nombre apareceen la pantalla. Lo apago y me concentro en mi lista de tareaspendientes.Me queda apenas una hora antes de la rueda de prensa, asíque ahuyento a Elena de mi mente, descuelgo el teléfono demi despacho y llamo a mi hermano.—Hola, campeón. ¿Te están entrando dudas?—Vete a la mierda.—¿Es ella? ¿Se lo ha pensado mejor? —se burla.—¿Puedes hacer que el gilipollas que llevas dentro se calleun par de minutos?—¿Tanto tiempo? Difícil.—Voy a comprar una casa.

—He estado pensando en nuestra última conversación,

Christian.

—¿Sí, señora?

—Sí, lo que me dijiste de abandonar Harvard. Voy a

prestarte cien mil dólares para que abras tu negocio.

—¿En serio?

—Christian, tengo mucha fe en ti. Estás destinado a

convertirte en el amo del universo. Será un préstamo y podrás

devolvérmelo.

—Elena… no sé…

—Puedes darme las gracias enseñándome qué es lo que has

aprendido hoy, hace un rato. Tú encima y yo debajo. No me

dejes señales.

Niego con la cabeza; fue así como empezó mi

entrenamiento como dominante. Mi éxito como empresario va

atado a mi elección de estilo de vida. Sonrío ante el juego de

palabras y luego arrugo la frente. No puedo creer que no haya

hecho esa conexión de forma consciente hasta ahora.

Mierda. No puedo esconderme detrás de mi mesa. Le debo

una llamada.

Es hora de dar la cara, Grey.

A regañadientes, pulso su número en mi teléfono.

Responde al primer tono de llamada.

—Christian, ¿por qué no me has llamado?

—Te estoy llamando ahora.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!