28.11.2022 Views

Freed-Fifty-Shades-Freed-As-Told

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Sí —contesto.

—Ídem.

Estamos de pie en la proa, con la Riviera francesa pasando

ante nosotros y… sencillamente estamos ahí.

Por un instante, es la mejor sensación del mundo.

—¿Tienes hambre? —pregunto.

—Sí. Estoy muerta de hambre. Toda esa… eh… actividad

me ha abierto el apetito. Pero no voy vestida para cenar.

—A mí me parece que vas bien, Anastasia. Además, el

barco es nuestro toda la semana. Podemos vestirnos como nos

dé la gana. Digamos que hoy es el martes informal en la Costa

Azul. De todas formas, he pensado que podíamos cenar en

cubierta.

—Sí, me apetece.

Le pongo la mano bajo la barbilla y alzo sus labios hacia los

míos para besarla. Lenta, suavemente.

Perdóname, Ana.

Me sonríe y volvemos cogidos de la mano a donde nos

espera la cena.

—¿Por qué siempre me trenzas el pelo? —pregunta Ana

cuando estoy a punto de atacar mi crème brûlée.

Frunzo el ceño porque la respuesta es evidente.

—Porque no quiero que el pelo se te quede enganchado en

nada. —Siempre lo he hecho así. El pelo y los juguetes no se

llevan bien—. Es una costumbre, supongo —añado.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!