Freed-Fifty-Shades-Freed-As-Told
—Lo entiendo, Christian. La amas. Pero lo que tienes quehacer es ver ese miedo con perspectiva y mantenerlo bajocontrol. Es irracional. Y en el fondo tú lo sabes.Lanzo un largo suspiro.—Lo sé. Lo sé.Él arruga la frente frunciendo el ceño fugazmente y dirige lamirada hacia su regazo.—Solo quiero prevenirte sobre algo. —Se quedamirándome para asegurarse de que le presto total atención—.No quiero que sabotees tu felicidad, Christian.—¿Qué?—Sé que sientes que no te lo mereces y es un conceptorelativamente nuevo para ti, pero deberías alimentarlo yatesorarlo.¿Adónde narices quiere llegar con esto?—Ya lo hago —intento confirmárselo—. Pero me ponenervioso.—Ya lo sé. Solo quiero que seas consciente.Asiento en silencio.—Tienes las herramientas para superar la ansiedad. Úsalas.Libera tu mente racional.Vale. Vale.Estoy cansándome de este sermón que ya he escuchadootras veces.—Vamos a seguir.Aprieta los labios.
—¿Estás seguro?—Sí.Cambia de tema.—Bien, hablando de sabotaje, ¿tienes alguna noticia delsaboteador?—¡No! —La palabra suena a improperio. Ojalá tuviera unarespuesta—. Estoy empezando a preguntarme si no habránsido imaginaciones mías.—No sería la primera vez.Esbozo una sonrisa de medio lado.—Es lo que dijo Ana.—Te conoce bien.—Sí, es verdad. Mejor que nadie. Aparte de ti.—Me halagas, Christian. Pero estoy seguro de que ella teconoce mejor que yo. Cada uno escoge qué cara enseñar a losdemás. Es parte de lo que nos hace humanos. Creo que Ana havisto lo mejor y lo peor de ti.Eso es cierto.—Ella saca lo peor y lo mejor de mí.—Si lo piensas, puedes concentrarte en lo mejor. No teregodees en los pensamientos negativos y sé consciente. Usatodo lo que has aprendido aquí —afirma.—Puedo intentarlo.—No lo intentes. Hazlo. Eres más que capaz de conseguirlo,Christian. —Cruza las piernas y prosigue—: ¿Cómo va larelación con tus padres?
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—¿Estás seguro?
—Sí.
Cambia de tema.
—Bien, hablando de sabotaje, ¿tienes alguna noticia del
saboteador?
—¡No! —La palabra suena a improperio. Ojalá tuviera una
respuesta—. Estoy empezando a preguntarme si no habrán
sido imaginaciones mías.
—No sería la primera vez.
Esbozo una sonrisa de medio lado.
—Es lo que dijo Ana.
—Te conoce bien.
—Sí, es verdad. Mejor que nadie. Aparte de ti.
—Me halagas, Christian. Pero estoy seguro de que ella te
conoce mejor que yo. Cada uno escoge qué cara enseñar a los
demás. Es parte de lo que nos hace humanos. Creo que Ana ha
visto lo mejor y lo peor de ti.
Eso es cierto.
—Ella saca lo peor y lo mejor de mí.
—Si lo piensas, puedes concentrarte en lo mejor. No te
regodees en los pensamientos negativos y sé consciente. Usa
todo lo que has aprendido aquí —afirma.
—Puedo intentarlo.
—No lo intentes. Hazlo. Eres más que capaz de conseguirlo,
Christian. —Cruza las piernas y prosigue—: ¿Cómo va la
relación con tus padres?