Freed-Fifty-Shades-Freed-As-Told
—Ha sido un placer.Se abren las puertas del apartamento y accedo al interior.Ryan está esperándome.—Buenas noches, señor Grey.—Ryan, hola. ¿Todo tranquilo por aquí?—Sí, señor. Ninguna incidencia. ¿Necesita algo?—No, no me hace falta nada. Buenas noches.Lo dejo en el vestíbulo y entro en la cocina. Saco unabotella de agua mineral con gas de la nevera, desenrosco eltapón y me pongo a beber directamente a morro.El apartamento está en silencio. Los únicos ruidos que oigoson el zumbido ronco de la nevera y el rumor lejano deltráfico. Todo el espacio parece muy vacío.Porque Ana no está aquí.Mis pasos retumban por la habitación cuando me acerco a laventana. La luna está encaramada en lo alto del cielo y brillaen la bóveda nocturna y despejada de nubes con la promesa deotro día lleno de felicidad, como el de hoy. Ana está cerca,bajo la misma luna. Llegará pronto a casa. Seguro que sí.Apoyo la frente en el cristal. Está fresco al tacto, pero no frío.Cuando dejo escapar un largo suspiro, se empaña el cristal.Mierda.La vi hace solo unas horas y, aun así, la echo de menos.Joder, Grey. Estás muy mal. Haz el puto favor de espabilar.He pasado un día maravilloso. Sin preocupaciones deninguna clase. Lleno de aventura. De vida social.
Flynn estaría orgulloso. Recuerdo que la primera vez quenavegamos en el Grace, Ana me preguntó si tenía amigos.Bueno, ahora puedo decir que sí. Tal vez.No entiendo por qué estoy tan deprimido de repente; unasensación de soledad que me resulta familiar se estáapoderando de mi cabeza. Reconozco sus ingredientes clave:el vacío, la nostalgia… como si echara algo en falta. No mesentía así desde que era adolescente.Joder.Hacía años que no me sentía solo. Tenía a mi familia,aunque siempre los he mantenido a distancia. Y tambiénestaba Elena, por supuesto, y me daba por satisfecho con mipropia compañía y la compañía ocasional de mis sumisas.Pero ahora, sin Ana aquí, estoy perdido.Su ausencia es un tormento… una cicatriz en mi alma.El silencio se me hace insoportable.Creía que después de todo el barullo de esta noche —losbares, el club, el casino— agradecería un poco de silencio alfin.Pero no.El silencio es opresivo.Y me pone melancólico.A la mierda con esto.Me acerco al piano, abro la tapa y me siento en el banco.Me paro un momento a poner en orden mis pensamientos yapoyo las manos en las teclas, disfrutando del tacto sólido delmarfil bajo las yemas de mis dedos. Empiezo a tocar la
- Page 236 and 237: —Envíame lo que tienes.Cuelgo.¡
- Page 238 and 239: de todos. Ana se da cuenta, y obser
- Page 240 and 241: —Me encanta tu torre de marfil.
- Page 242 and 243: Sábado, 23 de julio de 2011Qué cr
- Page 244 and 245: —La verdad es que no te van mucho
- Page 246 and 247: ELLIOTBuenos días, gilipollas.Esto
- Page 248 and 249: yo llevamos encerrados en el Escala
- Page 250 and 251: Abre el compartimento del medio y m
- Page 252 and 253: elegancia en la siguiente plataform
- Page 254 and 255: —Tienes que ampliar tus horizonte
- Page 256 and 257: —Sí. Seguro.—Escucha, vas a ca
- Page 258 and 259: Empiezo a ver un patrón.Elliot ent
- Page 260 and 261: Inspiro hondo mientras la avioneta
- Page 262 and 263: —¡Esto es una pasada! —le grit
- Page 264 and 265: Elliot se calla como un muerto. Mal
- Page 266 and 267: Me regala su sonrisa cálida y afab
- Page 268 and 269: —¿Y por qué llevas tú una ento
- Page 270 and 271: la pista de despegue. Taylor está
- Page 272 and 273: atrás con la bebida. Ya se ha acab
- Page 274 and 275: Elliot se ríe.—Lo que pasa en Va
- Page 276 and 277: Se ríe con nerviosismo, creo, y se
- Page 278 and 279: Empieza el espectáculo. Grey.Muy d
- Page 280 and 281: Domingo, 24 de julio de 2011Cuando
- Page 282 and 283: —El amor te sienta bien —dice E
- Page 284 and 285: —Señor, Sawyer y Reynolds están
- Page 288 and 289: primera pieza que me viene a la men
- Page 290 and 291: modo que percibo su cuerpo pegado a
- Page 292 and 293: Frunce el ceño.—Ven. —La guío
- Page 294 and 295: Oh, Dios.Se me pasan por la cabeza
- Page 296 and 297: concreto?Ella lanza un suspiro.—N
- Page 298 and 299: Mamá.Llamo a Ana.—Anastasia Stee
- Page 300 and 301: Me quedo mirando el retrato de Ana
- Page 302 and 303: De: Leila WilliamsFecha: 26 de juli
- Page 304 and 305: tendida, pálida e inmóvil, sobre
- Page 306 and 307: Jueves, 28 de julio de 2011La reuni
- Page 308 and 309: —Tengo muy claro que podré disfr
- Page 310 and 311: Le escupo las palabras, exasperado.
- Page 312 and 313: —Lo entiendo, Christian. La amas.
- Page 314 and 315: —Mucho mejor. —Y le hablo sobre
- Page 316 and 317: —Es que estoy tan feliz ahora que
- Page 318 and 319: Sábado, 30 de julio de 2011Elliot
- Page 320 and 321: pantanosos—. Y Ray es fan de los
- Page 322 and 323: momento no han encontrado a ningún
- Page 324 and 325: brazos y me perdería en ella. Sien
- Page 326 and 327: El sol ya ha salido, anunciando que
- Page 328 and 329: La señora Jones coloca una taza de
- Page 330 and 331: Elliot frunce el ceño cuando me re
- Page 332 and 333: Grace entorna los ojos; me temo que
- Page 334 and 335: oficiales se ha colocado junto a Wa
Flynn estaría orgulloso. Recuerdo que la primera vez que
navegamos en el Grace, Ana me preguntó si tenía amigos.
Bueno, ahora puedo decir que sí. Tal vez.
No entiendo por qué estoy tan deprimido de repente; una
sensación de soledad que me resulta familiar se está
apoderando de mi cabeza. Reconozco sus ingredientes clave:
el vacío, la nostalgia… como si echara algo en falta. No me
sentía así desde que era adolescente.
Joder.
Hacía años que no me sentía solo. Tenía a mi familia,
aunque siempre los he mantenido a distancia. Y también
estaba Elena, por supuesto, y me daba por satisfecho con mi
propia compañía y la compañía ocasional de mis sumisas.
Pero ahora, sin Ana aquí, estoy perdido.
Su ausencia es un tormento… una cicatriz en mi alma.
El silencio se me hace insoportable.
Creía que después de todo el barullo de esta noche —los
bares, el club, el casino— agradecería un poco de silencio al
fin.
Pero no.
El silencio es opresivo.
Y me pone melancólico.
A la mierda con esto.
Me acerco al piano, abro la tapa y me siento en el banco.
Me paro un momento a poner en orden mis pensamientos y
apoyo las manos en las teclas, disfrutando del tacto sólido del
marfil bajo las yemas de mis dedos. Empiezo a tocar la