Freed-Fifty-Shades-Freed-As-Told
—¿Ya? —pregunta mamá, sorprendida.¿Es que esos gilipollas no tienen nada mejor que hacer?Mia lee la columna en voz alta:—«Ha llegado el rumor a la redacción de The Nooz de queal soltero más deseado de Seattle, Christian Grey, al fin le hanechado el lazo y que ya suenan campanas de boda».Miro a Ana, que palidece mientras alterna su miradainocente entre Mia y yo.—«Pero ¿quién es la más que afortunada elegida? The Noozestá tras su pista. ¡Seguro que ya estará leyendo el monstruosoacuerdo prematrimonial que tendrá que firmar!».Mia suelta una risita.La fulmino con la mirada. Cierra la puta boca, Mia.Mi hermana se calla y frunce los labios. Ignorándola a ella ytodas las miradas nerviosas que se intercambian en la mesa,centro toda mi atención en Ana, que está aún más pálida.—No —le digo, tratando de tranquilizarla.—Christian… —dice papá.—No voy a discutir esto otra vez —le suelto. Abre la bocapara decir algo—. ¡Nada de acuerdos prematrimoniales! —exclamo con tanta vehemencia que se calla.¡Cierra la puta boca, Carrick!Cojo el periódico y leo la misma frase del artículo sobre lasituación bancaria una y otra vez mientras sigo echando humopor las orejas.
—Christian —susurra Ana—. Firmaré lo que tú o el señorGrey queráis que firme.Levanto la vista y la veo mirarme con ojos suplicantes, conel reflejo de unas lágrimas no vertidas aún.Ana. Déjalo.—¡No! —grito, implorándole que deje el tema.—Es para protegerte.—Christian, Ana… Creo que deberíais discutir esto enprivado —nos regaña Grace, mirando a Carrick y a Mia concara de enfado.—Ana, esto no es por ti —murmura papá—. Y por favor,llámame Carrick.No intentes congraciarte con ella ahora. Estoy a punto deestallar en cólera cuando, de pronto, parece haber un arranquede actividad frenética: Mia y Kate se levantan de un salto pararecoger la mesa y Elliot pincha rápidamente con el tenedor laúltima salchicha de la fuente.—Yo sin duda prefiero las salchichas —exclama conforzada naturalidad.Ana se está mirando las manos. Parece muy triste.Joder, papá. Mira lo que has hecho.Alargo el brazo, le agarro suavemente las dos manos con lamía y susurro, para que solo ella pueda oírme:—Para. Ignora a mi padre. Está muy molesto por lo deElena. Lo que ha dicho iba dirigido a mí. Ojalá mi madrehubiera mantenido la boca cerrada.
- Page 4 and 5: Para Eva y Sue.Gracias, gracias, gr
- Page 6 and 7: —Mmm. —El sonido en su garganta
- Page 8 and 9: —No me lo recuerdes. No fue uno d
- Page 10 and 11: Miro el reloj: son las 12.28. Es de
- Page 12 and 13: firmar un acuerdo prematrimonial.¿
- Page 14 and 15: —Marvin Gaye y Tammi Terrell debe
- Page 16 and 17: —Buenas noches, Ana. Gracias —d
- Page 18 and 19: —Levanta los brazos, Christian.Pa
- Page 20 and 21: —¿Ah, sí? —Tanto mi polla com
- Page 22 and 23: —Sí —mascullo entre dientes, y
- Page 24 and 25: Hago una mueca.—Sí. Sí que van
- Page 28 and 29: —Tiene razón, Christian. Tú ere
- Page 30 and 31: y debería estar dando saltos de al
- Page 32 and 33: día en que cumplí los trece años
- Page 34 and 35: Lunes, 20 de junio de 2011Esta mañ
- Page 36 and 37: c) un fin de semana maravillosod) u
- Page 38 and 39: —¿Te has enterado?—Se ha enter
- Page 40 and 41: Sinceramente, yo creo que a Sam le
- Page 42 and 43: Cabrones.—No les he dicho nada. M
- Page 44 and 45: Me regodeo con sus cariñosas palab
- Page 46 and 47: en contacto. Debra Kingston está e
- Page 48 and 49: —He estado pensando en nuestra ú
- Page 50 and 51: —Uau. ¿Para ti y la futura seño
- Page 52 and 53: —¿En serio? —Bueno, Kavanagh e
- Page 54 and 55: llamadas perdidas de Elena.Por lo q
- Page 56 and 57: Birthday» cada vez más entusiasta
- Page 58 and 59: Martes, 21 de junio de 2011Los ojos
- Page 60 and 61: Me despierto al instante, jadeando
- Page 62 and 63: Joder. Me pica el cuero cabelludo c
- Page 64 and 65: Corro en la cinta mientras sigo la
- Page 66 and 67: Personas a bordo: 2Muertos: 0 Herid
- Page 68 and 69: ¿Para qué coño pago a esa gente?
- Page 70 and 71: —Tienes razón. Informa a Sam. Qu
- Page 72 and 73: Debo felicitarte por haberte acorda
- Page 74 and 75: Frunce el ceño.—Mi gente ya est
—Christian —susurra Ana—. Firmaré lo que tú o el señor
Grey queráis que firme.
Levanto la vista y la veo mirarme con ojos suplicantes, con
el reflejo de unas lágrimas no vertidas aún.
Ana. Déjalo.
—¡No! —grito, implorándole que deje el tema.
—Es para protegerte.
—Christian, Ana… Creo que deberíais discutir esto en
privado —nos regaña Grace, mirando a Carrick y a Mia con
cara de enfado.
—Ana, esto no es por ti —murmura papá—. Y por favor,
llámame Carrick.
No intentes congraciarte con ella ahora. Estoy a punto de
estallar en cólera cuando, de pronto, parece haber un arranque
de actividad frenética: Mia y Kate se levantan de un salto para
recoger la mesa y Elliot pincha rápidamente con el tenedor la
última salchicha de la fuente.
—Yo sin duda prefiero las salchichas —exclama con
forzada naturalidad.
Ana se está mirando las manos. Parece muy triste.
Joder, papá. Mira lo que has hecho.
Alargo el brazo, le agarro suavemente las dos manos con la
mía y susurro, para que solo ella pueda oírme:
—Para. Ignora a mi padre. Está muy molesto por lo de
Elena. Lo que ha dicho iba dirigido a mí. Ojalá mi madre
hubiera mantenido la boca cerrada.