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Freed-Fifty-Shades-Freed-As-Told

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—Querías saberlo… —Cierro los ojos y trago saliva

mientras mi mente regresa a la adolescencia.

Vuelvo a tener quince años.

—Imagínate esto. Un chico adolescente que quiere ganarse

un dinerillo para poder continuar con una afición secreta: la

bebida. —Abro los ojos, pero todavía me veo tal como era

entonces: un adolescente alto pero delgaducho, con unos

vaqueros cortados, una mata de pelo cobrizo y una actitud

hostil con la que parecía mandar a la mierda a todo el mundo.

Ese era yo.

Joder.

Me vuelvo de lado para tumbarme cara a cara con Ana.

Tiene los ojos muy abiertos y llenos de preguntas. Respiro

hondo.

—Estaba en el patio de los Lincoln, limpiando los

escombros y la basura tras la ampliación que el señor Lincoln

acababa de hacerle a su casa…

Vuelvo a cerrar los ojos, estoy allí otra vez. El aroma de las

flores del verano carga el ambiente. Los insectos zumban a mi

alrededor y yo doy manotazos para espantarlos. El calor del

sol del mediodía cae sobre mí, me abrasa tanto que me quito

la camiseta. Y ahí está Elena. Lleva el vestido más escotado

que he visto jamás… Apenas le cubre el cuerpo.

Cuando me atrevo a mirar a Ana, sigue con los ojos

clavados en mí, prestando atención a cada una de mis palabras.

—Era un día caluroso de verano y yo estaba haciendo un

trabajo duro. —Río entre dientes al recordar que seguramente

fue uno de los pocos días que hice algún esfuerzo físico—.

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