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NOTA DE LA EDITORA<br />
Usted es una obra<br />
maestra de Dios<br />
Arriba: Nuestra editora Kristi Overton<br />
Johnson (izq.) con Tracy y Darryl Strawberry<br />
tras la entrevista para Victorious Living.<br />
Agradecemos a esta increíble pareja por<br />
compartir sus sentimientos y percepciones<br />
con nuestros lectores.<br />
Abajo: El regalo artístico de la hija de Kristi<br />
es el tema de esta Nota de la Editora. Dios<br />
utilizó este hermoso objeto para enseñarle a<br />
Kristi una lección valiosa.<br />
Si quiere apoyar nuestra revista<br />
y llevar la esperanza de Dios e<br />
influir en la vida de mujeres y<br />
hombres encarcelados, visite<br />
victoriouslivingmagazine.com.<br />
Cada dólar que dona envía una<br />
copia de la revista a una cárcel.<br />
Cada copia influye en muchas<br />
vidas durante años.<br />
¿A<br />
lguna vez sintió como que no es<br />
suficientemente bueno, o que<br />
tiene demasiados defectos o que<br />
ha cometido demasiados errores como para<br />
que Dios lo ame y mucho menos, que lo utilice?<br />
Bueno, ¡ánimo! Esta revista es especialista en<br />
contar historias de personas con defectos que<br />
Dios eligió para amar y utilizar.<br />
Fíjese, por ejemplo, en Darryl y Tracy Strawberry,<br />
historia de tapa en esta edición. Darryl,<br />
cuádruple campeón de la Serie Mundial de la<br />
MLB, tenía deudas por millones de dólares y<br />
era un adicto empedernido a las drogas. La vida<br />
de Tracy también era un desastre. Traumas de<br />
la niñez le habían dejado heridas abiertas que<br />
la arrastraron por un camino de desolación.<br />
Pero encontraron a Jesús, que con Su amor<br />
y Su gracia transformó sus vidas destruidas en<br />
hermosas obras maestras. Hoy Dios los está<br />
utilizando para guiar a otros hacia la libertad<br />
y la sanación en Él.<br />
Convertir desastres en obras maestras es la<br />
especialidad de Dios y a Él le encanta poner<br />
esas vidas reconstruidas en exhibición para<br />
Su gloria. Dios me recordó eso hace poco,<br />
mientras miraba un regalo de Navidad que<br />
me hizo mi hija.<br />
Ivy, que estudia Diseño Gráfico, me había<br />
diseñado un póster con mucho amor. Era una<br />
bella imagen de un ángel con la letra de mi<br />
canción favorita de adoración. Al principio<br />
quedé anonadada por la belleza de su regalo…<br />
pero pasó algo.<br />
Mis ojos se enfocaron en una palabra mal escrita<br />
y, de pronto, lo único que veía era el error.<br />
(¡La maldición del editor!). Perdí totalmente de<br />
vista la belleza de su creación.<br />
Durante meses le rogué a Ivy que corrigiera<br />
el error para poder colgar el diseño en mi<br />
oficina. Quería mostrarlo, de verdad. Pero primero<br />
quería que estuviera perfecto. (O sea, ¿no<br />
la avergonzaría que la gente viera que había<br />
escrito mal una palabra?).<br />
Pero Ivy no siente lo mismo que yo. Pasó casi<br />
un año y todavía no corrigió esa palabra. Por<br />
eso el póster seguía escondido en un rincón<br />
de mi oficina.<br />
Hasta la semana pasada, cuando lo vi y empecé<br />
a sentir culpa por no apreciar su regalo.<br />
Era hora de exhibirlo, con o sin error. Busqué<br />
un buen lugar para colgarlo y pensé en mi salita<br />
privada, donde paso mucho tiempo orando<br />
y trabajando. Decidí que era el lugar perfecto.<br />
Pero mientras buscaba sentí algo en mi<br />
in terior que me empujaba a observar más<br />
detenidamente el diseño. Me senté a mirar<br />
la ima gen, pasando por alto la palabra mal<br />
escrita.<br />
Me cautivaron las estrellas y los detalles<br />
minuciosos del ángel. En el fondo se arremolinaban<br />
colores brillantes y me di cuenta de<br />
que Ivy había elegido mis tonos preferidos.<br />
¡Me había perdido todos esos detalles!<br />
Entonces, como suele hacerlo, Dios utilizó<br />
este objeto común para enseñarme que su<br />
deseo es que nos mostremos a pesar de las<br />
fallas.<br />
Saqué mi diario y me puse a escribir. “Señor,<br />
gracias por no esconderme del mundo hasta<br />
que deje de cometer errores. No estás avergonzado<br />
de mí. En cambio, me pones en exhibición,<br />
con errores y todo, como testimonio<br />
para el mundo de Tu gracia y amor. Me aceptas,<br />
me utilizas, me amas tal como soy en este<br />
instante. ¡Qué increíble! No solo eso, sino que<br />
invitas a este ser imperfecto a tener una relación<br />
íntima…¡vaya! Gracias, Señor, por no<br />
ser como yo”.<br />
¿Alguna vez pensó que Dios lo ama y quiere<br />
mostrarlo a usted también, con sus fragmentos<br />
rotos y todo? Es verdad; lea Efesios 2:10.<br />
Amigo, Dios no busca personas perfectas<br />
y sin pecado. ¡Jamás las encontraría! Solo<br />
quiere que cada uno de nosotros ponga los<br />
frag mentos rotos en sus manos hábiles.<br />
Al hacerlo, Él transforma nuestras vidas<br />
arruinadas en obras de arte.<br />
Kristi Overton Johnson<br />
Editora y Directora Ejecutiva<br />
4s Número 04 / 2022 VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM