Comenzó la extinción
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18 • 3 de marzo de 2022 | ACADEMIA
Foto: Reuters.
Mesa de debate en Ciencias Políticas
Se debe apostar por la
diplomacia multilateral
y las negociaciones
Laura Lucía Romero Mireles
La invasión de Ucrania por parte de
Rusia debe ser condenada, simplemente
no hay forma de justificarla.
Empero, la convocatoria al diálogo
y la realización de un primer acercamiento
es una buena señal. Se debe seguir apostando
por la diplomacia multilateral y las
negociaciones específicas entre las partes,
coincidieron académicos del Centro de
Relaciones Internacionales de la Facultad
de Ciencias Políticas y Sociales.
En la mesa de debate sobre el conflicto
en Ucrania, Alejandro Chanona Burguete
dijo que los significados de esta crisis y esta
guerra injusta implican el tema político,
porque Vladímir Putin tiene un proyecto
que va más allá de la seguridad regional y
con el cual pretende alzar a Rusia como
una potencia capaz de contrapesar a Occidente
y, en particular, a Estados Unidos,
especialmente en materia militar.
El presidente ruso, añadió, está invitando
a valorar si estamos frente al nacimiento
de un nuevo balance de poder; él siempre
estuvo convencido de la invasión, bajo el
planteamiento del interés nacional. “Creo
que hay un dejo de sentir que Ucrania les
pertenece, y proyecta una visión al margen
del derecho internacional y la diplomacia”.
El conflicto no es sólo
entre esas dos naciones,
sino también mediático,
y confronta las visiones
de Occidente y Rusia
Ante tal escenario, dijo, China ha sido
muy prudente al tratar de no descalificar,
pero tampoco de dar su apoyo decidido
a Putin. El gigante asiático es un gran
jugador en esta nueva balanza de poder
y el futuro de las armas nucleares. “Todo
indicaría que el presidente ruso no va a
descansar hasta derrocar al gobierno de Zelenski;
no concibe la posibilidad de que
Ucrania se sume a la Unión Europea ni
que sea parte de la Organización del
Tratado del Atlántico Norte”. No estamos
ante una nueva Guerra Fría, pero sí ante
una crisis de las instituciones internacionales
liberales que no han podido traer
a la mesa de negociación a Putin.
Para Carlos Ballesteros Pérez, la situación
que se vive en Ucrania es delicada y
trágica, “algo que nadie quería ver”, y más
que un error del presidente ruso, es un
crimen. “Vemos no sólo un movimiento
militar, sino además un cambio mayor que
corresponde a la evolución del sistema
internacional contemporáneo”.
Se trata del regreso de la política de las
grandes potencias, donde Rusia plantea
enormes retos en materia de geopolítica
y de la capacidad institucional para hacer
frente a la crisis representada por esta
invasión. Se ha establecido una especie de
triángulo del cual forman parte Estados
Unidos, como potencia principal; Rusia,
como potencia regional y militar; y China,
como potencia global emergente.
Adán Rodríguez Pérez consideró que
el conflicto que vemos no es sólo entre
esas dos naciones, sino también mediático,
y confronta las visiones de Occidente y
Rusia. El mandatario ruso esboza una serie
de puntos para justificar su estrategia,
en los cuales se encuentra una cuestión
histórica: para él, Ucrania constituye un
punto de su identidad.
Putin, opinó, no busca proyectar una
guerra a largo plazo, porque sería muy
costosa y su país no es muy fuerte en términos
económicos. Además, las sanciones
comerciales y financieras afectarán la
economía del país que dirige.
Guadalupe Michelle Balderas Escutia
mencionó que se vive una situación crítica.
Una vez concluido el primer acercamiento
entre las partes, se ha prometido una
segunda ronda de negociaciones en los
próximos días. Uno de los objetivos primordiales
de dichos encuentros será el
cese total al fuego en territorio ucraniano.
Mientras, las sanciones económicas
contra los rusos ya han comenzado a
ocurrir, con las implicaciones que tendrán
para la población y el gobierno. Ellos
mismos las califican como las más grandes
en la historia de su país. En este contexto,
el tema energético se verá afectado de
manera importante.
Finalmente, en la sesión moderada
por Genaro Beristain Aguilar, Talya Iscan
afirmó que se puede descartar el discurso y
la posibilidad del expansionismo ruso. Más
bien se trata de una reacción defensiva:
“El discurso del imperialismo que viene
desde la historia no aplica en esta ocasión”.
Lo que está pasando, opinó, es una guerra
entre dos potencias principales, Estados
Unidos y Rusia, pero en tierras ucranianas.
Hoy “estamos en una crisis mundial que
surgió de un conflicto regional, pero
que se agravó dado que se hallan involucrados
muchos actores fuera de la región”,
principalmente la Unión Americana.
No se debe buscar un culpable ni caer
en el fanatismo de la bipolaridad mundial;
los posibles problemas humanitarios que
van a surgir y los flujos migratorios nos
pueden llevar a un escenario todavía más
drástico que el actual, concluyó.