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El inventor de juegos

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—Me dijo que fueron amigos, en la medida en que se podía ser amigo de

Morodian, que siempre estaba encerrado en su mundo. En los últimos años mi padre

recibió quince invitaciones de la Compañía de los Juegos Profundos. Nunca me dijo

nada, pero yo se las descubrí, encerradas en un cajón de su escritorio. Conserva cada

carta con su sobre y su estampilla. Yo quiero que acepte, que nos vayamos de una

vez. Él no se anima a tirar las invitaciones: todas las noches las mira, y después las

vuelve a guardar.

Reinaldo Zenia, el director del colegio, era hijo de uno de los grandes fabricantes

de cartas de Zyl. Además de las barajas españolas y francesas, la Casa Zenia había

desarrollado sus propios personajes, y había vendido cientos de mazos trucados a las

escuelas de magia del país. Pero el mayor éxito de la empresa fueron los naipes

luminosos Zenia, que brillaban en la oscuridad. El hijo no pudo mantener en pie la

pequeña empresa y prefirió dedicarse a la educación.

En sus clases, Reinaldo Zenia pasaba de una cosa a otra, y los alumnos tenían

cierta dificultad para seguir el hilo de sus pensamientos. Comenzaba a hablar de la

invención del ajedrez; esto lo llevaba al lugar del color negro en la historia de los

juegos y de allí pasaba a describir los juegos que habían surgido en la Europa

medieval a raíz de la peste negra. Y siempre terminaba echando de menos el pasado

de Zyl, y preguntándose:

—¿Qué fue lo que falló?

Un mes y medio después de la llegada de Iván al colegio, Reinaldo Zenia entró a

la clase con más energía que de costumbre. Dio dos o tres palmadas para llamar la

atención y habló:

—Hace poco tiempo tuvimos el honor de que se anotara en nuestro colegio Iván

Dragó. Y ahora la alegría se repite, porque voy a presentarles a otro alumno nuevo.

Iván no recordaba que hubieran hecho una presentación tan pomposa cuando él

había llegado al colegio. Había ocupado su lugar en silencio, sin que nadie lo

presentase.

—Como verán, no se trata de un alumno común. Sus cualidades morales e

intelectuales son tan profundas que importantes instituciones lo han becado para venir

aquí. El señor Dragó vino sobre todo por asuntos familiares; pero el nuevo estudiante

viene por otra razón: para especializarse en juegos.

Zenia dio una señal al nuevo alumno para que entrara. Era más alto que todos los

demás. Recorrió el aula con la mirada hasta encontrar a Iván.

Dijo el director:

—Les presento al señor Krebs.

ebookelo.com - Página 59

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