12.10.2022 Views

El inventor de juegos

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

DESPEDIDA

D

ante Possum, el director, fue el último en salir. Permaneció durante tres días

encerrado en el edificio subterráneo, siempre en busca de sus páginas perdidas,

hasta que los bomberos lograron arrastrarlo al exterior. Las recuperó casi en su

totalidad y llegó a publicar su libro, Un colegio con raíces, al que le agregó un

epílogo con la catástrofe final.

El ganador de la Búsqueda del tesoro fue Gayado. A pesar del temblor y el

hundimiento, siguió buscando el televisor, y con el aparato en sus manos emergió a la

superficie. Cuando más tarde triunfó como músico, tituló una de sus obras Lucha sin

fin. Dedicó un movimiento a cada uno de los luchadores.

Iván Dragó fue considerado durante algunos días como un héroe, porque había

abierto la puerta de la terraza y había guiado a sus compañeros y sus maestros hacia

la salvación. Pero su tía no mostró contento en absoluto por la nueva categoría que

había alcanzado.

—A mí no me engañas. Sé que algo tuviste que ver en el hundimiento del que

fuera, hasta tu ingreso, el mejor colegio de la ciudad…

Y le mostró como prueba el volumen del arquitecto Naps, con sus páginas

arrugadas por efecto de la humedad y el secador de pelo.

—Yo ya no puedo criarte. Voy a enviarte fuera de la ciudad, con tu abuelo

Nicolás. Él aceptó hacerse cargo de tu educación. Quiere enseñarte el secreto de los

juegos.

Y le habló de Zyl. Le dijo que era la Ciudad de los Juegos, que allí se habían

fabricado los mejores juegos del mundo. Pero lo decía sin convicción, como si no lo

creyera del todo. Como quien repite una leyenda que oyó en alguna parte, mucho

tiempo atrás, y a la que no prestó atención.

Unos días después su tía lo acompañó a la estación de tren y le recordó que se

fijara bien en el nombre de los pueblos, para no pasarse. Puso entre sus manos un

libro arrugado, lleno de fotos descoloridas. Era una guía turística de Zyl.

«Lástima que no me despedí de Anunciación», pensó Iván cuando oyó la bocina

de la locomotora. Cerró los ojos un instante y sintió, fugaz, sobre su mejilla derecha,

un invisible beso de despedida.

ebookelo.com - Página 40

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!