CATOLICISMO
La Iglesia católica a pesar de las grandes dificultades que atraviesa en el mundo moderno ha encontrado siempre la manera de adaptarse y sobrevivir a los cambios sociales y, como dice el Papa Benedicto XVI, es preferible una iglesia con pocos fieles que cumplen con sus deberes a muchos que sean liberales y se alejen de la verdad y la fe.
El mundo de hoy requiere de una nueva evangelización, orientada a satisfacer las necesidades de los pobres y más vulnerables.
Se debe repensar la fe católica desde la realidad actual en una sociedad que se ha alejado de los preceptos cristianos, por seguir caminos más liberales en todos los ámbitos de la vida.
Muchas personas tienen posturas que se distancian completamente con lo que los sacerdotes tratan de enseñar a sus fieles, como considerar que los homosexuales contraigan matrimonio católico, que los clérigos también puedan casarse, o que las mujeres sean ordenadas como sacerdotisas, la abolición del celibato y la revisión de las posiciones de la Iglesia sobre la sexualidad, la reproducción (aborto) y la familia.
El modernismo no debe conducir a cambios radicales en la iglesia porque pierde su esencia, y es mejor tener menos feligreses comprometidos que muchos satisfechos con las modificaciones que proponen.
Ser conservador no necesariamente implica ser radical, simplemente se deben proteger los valores y no acomodarlos a las exigencias de las personas.
La iglesia católica debe acercarse a los pobres y humildes y sus integrantes deben tener sentido de misericordia, abandonando la indiferencia frente a los problemas sociales que afronta la humanidad y, si es preciso llamar la atención de los líderes del mundo para que actúen con cordura.
La riqueza de la iglesia católica consiste en estar al lado de los marginados, así se generen roces o discordias con los autócratas, porque la iglesia no debe guardar silencio y mostrar indiferencia frente a los crímenes y los abusos contra las personas y los recursos naturales.
El estatus de la iglesia católica debe estar encaminada hacia la reconciliación, la justicia social, luchar contra la pobreza y llegar a la paz mundial sin perder su identidad, ya que la verdad está en peligro de extinción.
En el libro se presenta una encuesta que aborda la problemática de la iglesia y una serie de tipologías y reflexiones finales.
La Iglesia católica a pesar de las grandes dificultades que atraviesa en el mundo moderno ha encontrado siempre la manera de adaptarse y sobrevivir a los cambios sociales y, como dice el Papa Benedicto XVI, es preferible una iglesia con pocos fieles que cumplen con sus deberes a muchos que sean liberales y se alejen de la verdad y la fe.
El mundo de hoy requiere de una nueva evangelización, orientada a satisfacer las necesidades de los pobres y más vulnerables.
Se debe repensar la fe católica desde la realidad actual en una sociedad que se ha alejado de los preceptos cristianos, por seguir caminos más liberales en todos los ámbitos de la vida.
Muchas personas tienen posturas que se distancian completamente con lo que los sacerdotes tratan de enseñar a sus fieles, como considerar que los homosexuales contraigan matrimonio católico, que los clérigos también puedan casarse, o que las mujeres sean ordenadas como sacerdotisas, la abolición del celibato y la revisión de las posiciones de la Iglesia sobre la sexualidad, la reproducción (aborto) y la familia.
El modernismo no debe conducir a cambios radicales en la iglesia porque pierde su esencia, y es mejor tener menos feligreses comprometidos que muchos satisfechos con las modificaciones que proponen.
Ser conservador no necesariamente implica ser radical, simplemente se deben proteger los valores y no acomodarlos a las exigencias de las personas.
La iglesia católica debe acercarse a los pobres y humildes y sus integrantes deben tener sentido de misericordia, abandonando la indiferencia frente a los problemas sociales que afronta la humanidad y, si es preciso llamar la atención de los líderes del mundo para que actúen con cordura.
La riqueza de la iglesia católica consiste en estar al lado de los marginados, así se generen roces o discordias con los autócratas, porque la iglesia no debe guardar silencio y mostrar indiferencia frente a los crímenes y los abusos contra las personas y los recursos naturales.
El estatus de la iglesia católica debe estar encaminada hacia la reconciliación, la justicia social, luchar contra la pobreza y llegar a la paz mundial sin perder su identidad, ya que la verdad está en peligro de extinción.
En el libro se presenta una encuesta que aborda la problemática de la iglesia y una serie de tipologías y reflexiones finales.
David Francisco Camargo Hernández. Nacionalidad Colombiano.Escritor, humanista y economista con especialización, maestría ydoctorado. Artista plástico. Inventor. Guionista. Becario deuniversidades europeas. Director Fundación Sueños de Escritor yediciones Dafra. Premios literarios y académicos en los años 2001-2005-2008-2010-2016-2017 en eventos internacionales. Profesor deposgrado. Investigador CVLAC Colciencias. Conferencistainternacional basando los temas en sus propios libros. Propendepor una economía «más humana, más igualitaria, capaz decontribuir a mejorar la calidad de vida de la comunidad». En 2010algunas de sus publicaciones fueron traducidas a varios idiomas.Una de las más destacadas se titula: “cómo regionalizar el país”. Ypor «su sobresaliente trayectoria literaria y pensamientocomprometido con los problemas de la cotidianidad».La Iglesia católica a pesar de las grandes dificultades que atraviesa en el mundo moderno haencontrado siempre la manera de adaptarse y sobrevivir a los cambios sociales y, como dice el PapaBenedicto XVI, es preferible una iglesia con pocos fieles que cumplen con sus deberes a muchos quesean liberales y se alejen de la verdad y la fe.El mundo de hoy requiere de una nueva evangelización, orientada a satisfacer las necesidades delos pobres y más vulnerables.Se debe repensar la fe católica desde la realidad actual en una sociedad que se ha alejado de lospreceptos cristianos, por seguir caminos más liberales en todos los ámbitos de la vida.Muchas personas tienen posturas que se distancian completamente con lo que los sacerdotes tratande enseñar a sus fieles, como considerar que los homosexuales contraigan matrimonio católico, quelos clérigos también puedan casarse, o que las mujeres sean ordenadas como sacerdotisas, laabolición del celibato y la revisión de las posiciones de la Iglesia sobre la sexualidad, la reproducción(aborto) y la familia.El modernismo no debe conducir a cambios radicales en la iglesia porque pierde su esencia, y esmejor tener menos feligreses comprometidos que muchos satisfechos con las modificaciones queproponen.Ser conservador no necesariamente implica ser radical, simplemente se deben proteger los valoresy no acomodarlos a las exigencias de las personas.La iglesia católica debe acercarse a los pobres y humildes y sus integrantes deben tener sentido demisericordia, abandonando la indiferencia frente a los problemas sociales que afronta lahumanidad y, si es preciso llamar la atención de los líderes del mundo para que actúen con cordura.La riqueza de la iglesia católica consiste en estar al lado de los marginados, así se generen roces odiscordias con los autócratas, porque la iglesia no debe guardar silencio y mostrar indiferenciafrente a los crímenes y los abusos contra las personas y los recursos naturales.El estatus de la iglesia católica debe estar encaminada hacia la reconciliación, la justicia social,luchar contra la pobreza y llegar a la paz mundial sin perder su identidad, ya que la verdad está enpeligro de extinción.En el libro se presenta una encuesta que aborda la problemática de la iglesia y una serie detipologías y reflexiones finales.LA IGLESIA CATÓLICA DEBE PRESERVAR SU ESENCIA David Francisco Camargo Hernández
David Francisco Camargo Hernández. Nacionalidad Colombiano.
Escritor, humanista y economista con especialización, maestría y
doctorado. Artista plástico. Inventor. Guionista. Becario de
universidades europeas. Director Fundación Sueños de Escritor y
ediciones Dafra. Premios literarios y académicos en los años 2001-
2005-2008-2010-2016-2017 en eventos internacionales. Profesor de
posgrado. Investigador CVLAC Colciencias. Conferencista
internacional basando los temas en sus propios libros. Propende
por una economía «más humana, más igualitaria, capaz de
contribuir a mejorar la calidad de vida de la comunidad». En 2010
algunas de sus publicaciones fueron traducidas a varios idiomas.
Una de las más destacadas se titula: “cómo regionalizar el país”. Y
por «su sobresaliente trayectoria literaria y pensamiento
comprometido con los problemas de la cotidianidad».
La Iglesia católica a pesar de las grandes dificultades que atraviesa en el mundo moderno ha
encontrado siempre la manera de adaptarse y sobrevivir a los cambios sociales y, como dice el Papa
Benedicto XVI, es preferible una iglesia con pocos fieles que cumplen con sus deberes a muchos que
sean liberales y se alejen de la verdad y la fe.
El mundo de hoy requiere de una nueva evangelización, orientada a satisfacer las necesidades de
los pobres y más vulnerables.
Se debe repensar la fe católica desde la realidad actual en una sociedad que se ha alejado de los
preceptos cristianos, por seguir caminos más liberales en todos los ámbitos de la vida.
Muchas personas tienen posturas que se distancian completamente con lo que los sacerdotes tratan
de enseñar a sus fieles, como considerar que los homosexuales contraigan matrimonio católico, que
los clérigos también puedan casarse, o que las mujeres sean ordenadas como sacerdotisas, la
abolición del celibato y la revisión de las posiciones de la Iglesia sobre la sexualidad, la reproducción
(aborto) y la familia.
El modernismo no debe conducir a cambios radicales en la iglesia porque pierde su esencia, y es
mejor tener menos feligreses comprometidos que muchos satisfechos con las modificaciones que
proponen.
Ser conservador no necesariamente implica ser radical, simplemente se deben proteger los valores
y no acomodarlos a las exigencias de las personas.
La iglesia católica debe acercarse a los pobres y humildes y sus integrantes deben tener sentido de
misericordia, abandonando la indiferencia frente a los problemas sociales que afronta la
humanidad y, si es preciso llamar la atención de los líderes del mundo para que actúen con cordura.
La riqueza de la iglesia católica consiste en estar al lado de los marginados, así se generen roces o
discordias con los autócratas, porque la iglesia no debe guardar silencio y mostrar indiferencia
frente a los crímenes y los abusos contra las personas y los recursos naturales.
El estatus de la iglesia católica debe estar encaminada hacia la reconciliación, la justicia social,
luchar contra la pobreza y llegar a la paz mundial sin perder su identidad, ya que la verdad está en
peligro de extinción.
En el libro se presenta una encuesta que aborda la problemática de la iglesia y una serie de
tipologías y reflexiones finales.
LA IGLESIA CATÓLICA DEBE PRESERVAR SU ESENCIA David Francisco Camargo Hernández