Mi niño interior
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Mi hermano es mi hermano.”
José cuenta: “Volví a casa de mis padres y les pregunté por qué no me lo habían dicho.
Ellos llorando me contestaron: “Deseábamos un hijo. Dios quiso que no pudiéramos.
Te adoptamos recién nacido y te consideramos siempre nuestro hijo. Teníamos tanto
miedo de que la verdad te alejara de nosotros...” Yo también lloré y los abracé.”
María nos relata: “ Cuando mi colega me dijo : “Tu madre no pudo haberte dado a
luz”, comprendí todo. De golpe, como si algo contenido y oculto dentro de mí hubiera
salido a la superficie, como un cuento deshilvanado cuyos cabos até por fin, pude
comprender muchas cosas de mi infancia y mi adolescencia. Vi cuánto me habían
querido, cuidado y protegido mis padres, todo lo que me habían dado, y no pude más
que sentirme agradecida y orgullosa.”
Durante la niñez mandatos y expectativas nos obligan a ocultarnos bajo diversas
máscaras. Ofrecemos al otro sólo aquella apariencia que desea ver. Dejamos de ser
nosotros mismos y nos sentimos vacíos.
La estrategia de escondernos bajo muchas capas de defensa diluye nuestro ser auténtico,
lo difumina al punto de que perdemos conciencia de quiénes somos realmente.
Se alcanza la salud venciendo las prohibiciones, abandonando caminos que no nos
pertenecen, ideales que no nos conmueven, actitudes que no nos gratifican.
Mientras más caminemos disfrazados, interpretando un personaje inculcado por la familia
y la sociedad, más sumidos estaremos en una nebulosa de disimulo e hipocresía. Sanar a
nuestro niño es liberarnos de lo impuesto y pasar a ser seres auténticos.
42