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Ritmo Social - Portada Noelia García de Pereyra

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Katharine Meyer Graham nació en Nueva<br />

York el 16 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1917, hija <strong>de</strong> un matrimonio<br />

judío. Sus padres: Eugene Meyer,<br />

banquero experto en análisis <strong>de</strong> inversiones y<br />

su madre Agnes Meyer, periodista. Kay como<br />

solían llamarle, le siguió los pasos a su madre,<br />

obtuvo una licenciatura en Periodismo en<br />

1938 en la Universidad <strong>de</strong> Chicago. Fue la<br />

única <strong>de</strong> cinco hermanos que había mostrado<br />

interés en esa profesión. Después <strong>de</strong> graduarse,<br />

trabajó una temporada en el San Francisco<br />

News y se traslado al periódico <strong>de</strong> su padre.<br />

Este, como gran inversionista, aprovechó la<br />

oportunidad <strong>de</strong> adquirir en una subasta un<br />

periódico en quiebra: The Washington Post.<br />

La editora se casó en 1940 con Philip<br />

Graham, un abogado graduado <strong>de</strong> la Universidad<br />

<strong>de</strong> Harvard, que pronto obtuvo la<br />

confianza <strong>de</strong> su suegro y este le ofreció el<br />

puesto <strong>de</strong> director <strong>de</strong>l periódico, sin tomar en<br />

consi<strong>de</strong>ración a su hija. Meyer consi<strong>de</strong>raba<br />

que ese cargo no era a<strong>de</strong>cuado para una mujer<br />

Tenía 46 años y cuatro hijos. En la tar<strong>de</strong> <strong>de</strong>l 3<br />

<strong>de</strong> agosto, el ruido <strong>de</strong> un disparo le <strong>de</strong>spertó<br />

<strong>de</strong> la siesta. Su marido, Phil, se acababa <strong>de</strong><br />

suicidar.<br />

LA CHICA EN LA QUE NO<br />

CREYÓ SU PADRE<br />

Aquel día <strong>de</strong> agosto le cambió la vida. Graham<br />

cuenta que solo tenía tres opciones: “Ven<strong>de</strong>r<br />

el periódico, buscar a alguien que lo dirigiese<br />

o ir a trabajar. Pero sabía que las dos primeras<br />

no eran válidas”. Escogió la tercera, dice.<br />

Escribe en sus memorias que no tenía i<strong>de</strong>a<br />

<strong>de</strong> lo que <strong>de</strong>bía hacer, pero esta se dispuso<br />

apren<strong>de</strong>r. “Lo que hice fue poner un pie <strong>de</strong>lante<br />

<strong>de</strong> otro, cerrar los ojos y caminar hacia<br />

el abismo”. Era una mujer tímida que se sentía<br />

vulnerable, con miedo atroz a hacer preguntas<br />

tontas o cometer errores. Ella estaba<br />

consciente que había entrado a un mundo <strong>de</strong><br />

hombres y esto le atemorizaba.<br />

Katharine tomó las riendas <strong>de</strong> la empresa<br />

empezó a realizar cambios para mejorar el<br />

periódico. No <strong>de</strong>jaba <strong>de</strong> publicar los acontecimientos<br />

ocurridos en la época por temor a na-<br />

die. Saco toda su fuerza y pasión para llevar<br />

su compañía al nivel más alto, don<strong>de</strong> las<br />

personas tendría veracidad, sin importar<br />

las consecuencias. Por esta razón, con solo<br />

dos palabras, Graham <strong>de</strong>stapó las mentiras<br />

<strong>de</strong> los gobiernos <strong>de</strong> Kennedy, Johnson<br />

y Nixon, un plan secreto para engañar la<br />

opinión pública sobre la contienda más<br />

larga <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong>l país: “¡A<strong>de</strong>lante, publiquémoslo!”.<br />

Está hizo caso omiso a sus<br />

abogados, saco a la luz los papeles <strong>de</strong>l Pentágono.<br />

“Des<strong>de</strong> el principio creíamos que<br />

era el tipo <strong>de</strong> información que los ciudadanos<br />

necesitaban para formarse sus propias<br />

opiniones y tomar <strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong> manera<br />

más sabia”, explica. También se <strong>de</strong>stacó por<br />

no ce<strong>de</strong>r a las presiones <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r como fue<br />

con el caso <strong>de</strong> Watergate.<br />

Se le consi<strong>de</strong>ró la mujer más po<strong>de</strong>rosa <strong>de</strong><br />

los Estados Unidos y a su vez una <strong>de</strong> las<br />

más influyentes <strong>de</strong>l mundo. A finales <strong>de</strong><br />

1988, la propietaria <strong>de</strong> The Washington<br />

Post consiguió entrevistar a Gorbachov,<br />

quien era un lí<strong>de</strong>r soviético. Esa conversación<br />

fue la más dura <strong>de</strong> todas las que mantuvo<br />

en esos años… le pedían que quitara<br />

nombres y reformulara preguntas: “No<br />

estábamos dispuestos a hacerlo ni siquiera<br />

por el presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> Estados Unidos; y<br />

mucho menos por el <strong>de</strong> otro país”.<br />

Katharine Graham fue entrevistada en exclusiva para<br />

Listín Diario y <strong>Ritmo</strong> <strong>Social</strong> en septiembre <strong>de</strong>1997 en<br />

Washington por Rosanna Rivera.<br />

Así fue como Katharine Graham alcanzó<br />

la cima <strong>de</strong>l periodismo en un mundo <strong>de</strong><br />

hombres. Ben Brandlee, director <strong>de</strong> The<br />

Washington Post, mencionó en su funeral<br />

la clave para publicar un gran periódico:<br />

“Tiene que tener un gran propietario, uno<br />

que se comprometa con la pasión, con los<br />

principios y niveles <strong>de</strong> exigencia más altos<br />

para la simple búsqueda <strong>de</strong> la verdad. Con<br />

fervor y sin parcialidad. Con rectitud y<br />

valor. Eso es lo que Kay aportó, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong><br />

muchas cosas”.<br />

“Noticias son aquello que otros no quieren<br />

que se sepa; el resto son anuncios”.<br />

Sábado 10 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 2022 <strong>Ritmo</strong> <strong>Social</strong> > 45

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