07.09.2022 Views

Una-tierra-prometida (1)

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

mensajero de Al Qaeda y era sabido que mantenía lazos con Bin Laden.

Habían realizado un seguimiento de su teléfono y sus hábitos diarios, lo

cual no los condujo a una localización remota en las FATA, sino a un gran

complejo de un barrio adinerado a las afueras de Abbottabad, una ciudad

paquistaní situada cincuenta kilómetros al norte de Islamabad. Según Mike,

el tamaño y estructura del complejo indicaban que allí vivía alguien

importante, probablemente un miembro de Al Qaeda muy valioso. La

comunidad de inteligencia había sometido el complejo a vigilancia y Leon

prometió informarme de cualquier cosa que averiguáramos sobre sus

ocupantes.

Cuando se fueron, me obligué a moderar mis expectativas. En aquel

complejo podía vivir cualquiera. Aunque fuera alguien relacionado con Al

Qaeda, las probabilidades de que Bin Laden se alojara en una zona urbana

habitada parecían remotas. Pero, el 14 de diciembre, Leon y Mike estaban

de vuelta, esta vez con un agente y un analista de la CIA. Este último era un

joven con el aspecto pulcro y saludable de un alto asesor del Congreso, y el

agente era un caballero esbelto con barba poblada y el aire ligeramente

desaliñado de un profesor. Resultó que era el jefe del Centro Antiterrorista

de la CIA y líder del equipo de búsqueda de Bin Laden. Lo imaginé

refugiado en un laberinto subterráneo, rodeado de ordenadores y gruesas

carpetas de color marrón y ajeno al mundo mientras repasaba montañas de

datos.

Ambos me contaron todo lo que nos había llevado hasta el complejo de

Abbottabad, un extraordinario hito detectivesco. Por lo visto, Al-Kuwaiti

había comprado la propiedad utilizando un nombre falso. El lugar era

inusualmente espacioso y seguro, ocho veces más grande que las

residencias vecinas, estaba rodeado de unos muros de tres a cinco metros

coronados por alambre de espino y contaba con más muros dentro del

perímetro. Según los analistas, quienes vivían allí se esforzaban mucho en

ocultar su identidad. No tenían línea de teléfono fija ni servicio de internet,

casi nunca salían del complejo y quemaban la basura en lugar de dejarla en

la calle para su recogida. Pero la edad y el número de niños que habitaban

la vivienda principal parecían coincidir con los de los hijos de Bin Laden.

Y, utilizando vigilancia aérea, nuestro equipo había visto a un hombre alto

que nunca salía de la propiedad pero paseaba habitualmente en círculos por

una pequeña zona ajardinada dentro de los muros del complejo.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!