07.09.2022 Views

Una-tierra-prometida (1)

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

propio equipo, y preferían creer a los expertos de la industria pues pensaban

que estaban mejor versados en los últimos procedimientos y tecnologías.

Como es lógico, ese había sido exactamente el problema. Antes de que

asumiera el cargo habíamos oído hablar de lo bien que se llevaba el MMS

con las compañías petroleras y de sus defectos como ente regulador —

incluido un muy difundido escándalo a finales de la Administración Bush

que implicaba sobornos, drogas y favores sexuales— y habíamos prometido

reformar la institución. De hecho, en cuanto Ken Salazar se hizo cargo del

Departamento del Interior solucionó algunos de los problemas más

indignantes. Lo que no había tenido tiempo o recursos para hacer era

reorganizar el MMS de manera que tuviera la capacidad de controlar con

severidad a una industria millonaria y tecnológicamente compleja.

No se le podía culpar a Salazar de eso. Cambiar las prácticas y la cultura

en el seno de las agencias del Gobierno era difícil, y rara vez se conseguía

en el plazo de unos meses. Nos estábamos enfrentando a problemas

similares en las agencias encargadas de controlar el sistema financiero,

donde reguladores estresados y mal pagados apenas podían seguirle el ritmo

a las sofisticadas y constantemente cambiantes operaciones de gigantescas

instituciones financieras globales. Pero eso no justificaba que nadie en mi

equipo me hubiera advertido de que el MMS seguía teniendo serios

problemas antes de recomendarme que apoyara el plan de Interior de abrir

zonas adicionales para la perforación exploratoria. De todas formas, en

medio de una crisis, nadie quería oír hablar de la necesidad de invertir más

dinero en agencias federales. Tampoco querían oír que un aumento del

sueldo de los funcionarios públicos civiles podía ayudar a mejorar la

administración de las agencias y a que compitieran con el sector privado

por un talento técnico de primer nivel. La gente solo quería saber quién

había permitido que BP perforara un agujero de más de cinco kilómetros

por debajo de la superficie del mar sin saber cómo taparlo (y que, en

conclusión, había ocurrido bajo nuestra supervisión).

Mientras las preguntas sobre el MMS mantenían ocupados a los

periodistas, lo que realmente cambió la actitud de la sociedad fue la

decisión que tomó BP a finales de mayo —y que yo apoyé en pos de la

transparencia— de empezar a transmitir vídeos de las filtraciones en tiempo

real, captados por las cámaras submarinas de la compañía. Las primeras

imágenes del incendio de la plataforma Deepwater Horizon habían tenido

una gran repercusión. Pero las grabaciones del vertido en sí —que

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!