07.09.2022 Views

Una-tierra-prometida (1)

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

confianza y era el candidato perfecto para el puesto de secretario del

Interior, ya que había dirigido el Departamento de Recursos Naturales de

Colorado antes de convertirse en el primer fiscal general del estado hispano.

Había crecido en las deslumbrantes y hermosas haciendas del Valle de San

Luis, en la región centro-sur de Colorado, donde algunas ramas de su

familia llevaban viviendo desde la década de 1850, y conocía muy bien los

impulsos contradictorios de explotar y conservar a la vez las tierras

federales que habían conformado una parte importante de la historia de la

región.

—Señor presidente, hoy he hablado con ellos —dijo Salazar—. BP ha

confirmado que pagará todos los daños que no cubra el fondo del

Fideicomiso de Responsabilidad ante Derrames de Petróleo.

Buena noticia, pensé. Si bien las compañías petroleras eran responsables

a título individual del coste total de la limpieza de sus vertidos, el Congreso

había puesto el irrisorio tope de setenta y cinco millones de dólares a sus

obligaciones de compensar los daños a terceros, como pescadores o

negocios costeros. En su lugar, las petroleras estaban obligadas a pagar un

fondo fiduciario conjunto que cubría cualquier daño excedente hasta mil

millones de dólares. Pero Carol ya nos había advertido que, si la mancha de

petróleo no se contenía adecuadamente, esa cantidad podía ser insuficiente.

Al asegurar el compromiso previo de BP de compensar cualquier

diferencia, al menos podíamos brindar a los estados afectados cierta

seguridad de que las pérdidas de sus residentes iban a quedar cubiertas.

Al final de la reunión, le pedí al equipo que me mantuviera informado de

los avances y les recordé que usaran todos los recursos federales que

teníamos a disposición para mitigar el impacto económico y

medioambiental. Mientras los acompañaba a la puerta del despacho Oval,

noté que Carol se quedaba pensativa. Le hice una seña para que se quedara

y poder hablar con ella a solas.

—¿Hay algo en lo que no hayamos pensado? —le pregunté.

—En realidad, no —dijo Carol—. Pero creo que tenemos que estar

preparados para lo peor.

—¿A qué te refieres?

Carol se encogió de hombros.

—BP asegura que el pozo no está vertiendo petróleo. Con un poco de

suerte, será cierto. Pero estamos hablando de una tubería que está a más de

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!