07.09.2022 Views

Una-tierra-prometida (1)

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Romney y su equipo idearon una estrategia polifacética en la que cada

individuo estaría obligado a contratar un seguro médico (un «seguro

individual obligatorio»), de la misma manera que todo dueño de un coche

debe tener seguro de automóvil. Las personas con ingresos intermedios que

no reuniesen los requisitos para beneficiarse de Medicare o de Medicaid

pero que tampoco pudiesen costearse un seguro por su cuenta, recibirían un

subsidio público para hacerlo. La cuantía del subsidio se determinaría según

un baremo basado en los ingresos de cada persona, y se establecería un

mercado online centralizado —una «bolsa central»— para que los

consumidores pudieran comparar los distintos seguros y contratar el más

conveniente para ellos. Las aseguradoras, por su parte, ya no podrían negar

la cobertura a posibles clientes aduciendo la existencia de enfermedades

previas.

Estas dos ideas —seguro individual obligatorio y protección de las

personas con enfermedades previas— iban de la mano. Al disponer de un

enorme conjunto de nuevos clientes beneficiarios de subsidios públicos, las

aseguradoras ya no tenían excusas para seguir seleccionando solo a jóvenes

y sanos a fin a de proteger sus beneficios. Entretanto, el seguro obligatorio

impedía que alguien pudiese burlar al sistema esperando a enfermar para

contratar un seguro. Cuando presentó su plan a los periodistas, Romney

describió el seguro individual obligatorio como «la idea conservadora por

antonomasia» porque promovía la responsabilidad individual.

No era de extrañar que la Asamblea legislativa estatal de Massachusetts,

controlada por los demócratas, desconfiase en un principio del plan de

Romney, y no solo porque lo hubiese propuesto un republicano; entre

muchos progresistas, la necesidad de sustituir un seguro privado y una

atención sanitaria con ánimo de lucro por un sistema de pagador único

como el de Canadá era un dogma de fe. Si partiésemos de cero, yo les daría

la razón; la evidencia de otros países mostraba que un sistema único y

nacional —en esencia, Medicare para todos— era una manera

económicamente eficaz de proporcionar atención sanitaria de calidad. Pero

ni Massachusetts ni Estados Unidos partían de cero. Teddy, quien a pesar de

su reputación de progresista bonachón siempre fue una persona muy

práctica, entendió que intentar desmantelar el sistema existente y sustituirlo

por otro completamente nuevo no sería solo un imposible político, sino que

supondría un gran trastorno económico. Así que adoptó con entusiasmo la

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!