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Una-tierra-prometida (1)

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capital necesaria para que este se recuperara. Y solo se recurriría al dinero

de los contribuyentes como último recurso.

Tim presentó esta tercera opción más como un marco de actuación que

como un plan detallado, mientras que Larry expresó cierto escepticismo, al

considerar que los bancos eran irredimibles, que los mercados nunca

creerían en el rigor de una auditoría gestionada por el Gobierno, y que el

ejercicio haría poco más que retrasar lo inevitable. Tim admitió esos

riesgos, y añadió que se requerirían alrededor de tres meses para realizar los

test de estrés; durante ese tiempo la presión de la opinión pública para que

adoptáramos medidas más decisivas no haría sino aumentar, y mientras

tanto era posible que se produjeran una serie de acontecimientos que

hicieran entrar a los mercados aún más en barrena.

Dicho esto, Larry y Tim dejaron de hablar y se quedaron aguardando mi

respuesta. Yo me recliné en la silla.

—¿Hay algo más en el menú? —pregunté.

—Ahora mismo no, señor presidente.

—Pues no es muy apetitoso.

—No, señor presidente.

Asentí con la cabeza, sopesé las probabilidades, y después de algunas

preguntas más decidí que el enfoque del test de estrés de Tim era nuestra

mejor línea de acción. No porque fuera genial; ni siquiera porque fuera

buena, sino porque los otros enfoques eran peores. Larry lo comparó con

tener a un médico que receta un tratamiento menos invasivo antes de optar

por una cirugía radical. Si el test de estrés funcionaba, podríamos arreglar el

sistema más deprisa y con menos dinero de los contribuyentes. En caso

contrario, probablemente tampoco acabaríamos peor, y al menos seríamos

más conscientes de lo que implicaría una cirugía más radical.

Todo ello, claro está, suponiendo que mientras tanto no se nos muriera el

paciente.

Un par de semanas después, el 10 de febrero, Tim se dirigió por primera vez

a la opinión pública en calidad de secretario del Tesoro, y lo hizo en una

gran sala del edificio del Tesoro, conocida como sala del Dinero, que desde

la guerra de Secesión había estado funcionando como un banco durante más

de un siglo, dispensando moneda directamente sacada de las cámaras

acorazadas del Gobierno. La idea era que Tim revelara el marco del test de

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