Tribuna Comunista Núm. 500

desde los estados
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Era una de las primeras asambleas del Frente
Popular de Zacatecas, en el histórico y emblemático
Teatro Calderón, convertido en nuestro Palacio de
Invierno, abusando de la generosidad de nuestra
Benemérita Universidad. Ahí escuché a los líderes
del movimiento social que venía robusteciendo
en Zacatecas: Jesús Pérez Cuevas, Juan Francisco
Valerio; José Luis Medina, Aquiles González y los
comunistas Don Chón Castro y Don Emilio Alcalá.
¡Ojo!, eran dones, es decir señores de respeto.
Formados en trabajo duro, en la confrontación
diaria con los patrones y sus secuaces, en la lucha
de clases real, proletarios de a devis, pues; no
los proles idealizados de las lecturas sesudas en
lenguaje cuasi críptico, del último gurú de moda
del marxismo-leninismo-troskismo-maoísmoanarquismo,
que profesaban las chorrocientas
mil corrientes, en que cada capilla de activistas
se auto proclamaba en la verdadera vanguardia
archirrevolucionaria.
Don Emilio bajó a paso lento del proscenio,
tomó su charola de dulces y se fue a sentar
a escuchar a los siguientes oradores. Tiempo
después supe que aquellos dulces que
confeccionaba conjuntamente con su familia,
le servían para pagar los pasajes para venir de
Fresnillo a Zacatecas y regresar. Los huesitos de
dulce de leche, que hoy son un patrimonio de la
familia Alcalá.
II
El comunista
La vorágine de los turbulentos años setentas
estuvieron signados por los ecos de la brutal
represión del Movimiento estudiantil-popular
del 68, los brotes guerrilleros en las sierras de
Chihuahua y Guerrero, los enfermos de Sinaloa y el
Frente Estudiantil Revolucionario en Guadalajara,
que devino en la 23; la Liga Comunista 23 de
Septiembre, la fallida Apertura Democrática
del echeverrismo y, la clandestinidad en la que
anduvo Don Emilio y todos sus camaradas.
En el plano internacional el pueblo vietnamita
resistía a la brutalidad de una guerra impuesta por
el imperialismo norteamericano, el movimiento
hippie estaba colapsado, debido a la deliberada
política de infiltración del gobierno gringo
utilizando las drogas duras. La lucha contra la
barbarie en Vietnam, unificaba a la juventud
en buena parte del mundo. La confrontación
entre la URSS y China por la disputa por dirigir
el movimiento revolucionario internacional
estaba en su apogeo, así que eras prochino o
prosoviético, claro también podría optar por la vía
castro-guevarista. Se había consumado el golpe
de Estado contra el Gobierno Salvador Allende
y cancelado así, la vía electoral para el socialismo
en América Latina. Este fue escenario político que
nos tocó a los jóvenes de ese tiempo.
El dirigente chino Liu Shao-Chi en su memorable
libro “Para ser un buen comunista” señalaba
las cualidades que un verdadero revolucionario
debería de encarnar, la máxima era: ser pueblo,
luchar con el pueblo. Los seres humanos, es
sabido que somos seres sociales, la interacción de
unos con otros nos transforma. Así, la formación
política, como actividad consciente y programada;
va desarrollando los conocimientos y las destrezas
requeridos para la acción política.
Así, la actividad política de El Camarada Emilio
está indisolublemente atada a la historia regional
de Fresnillo, el marxismo como orientación para
la acción, no para recitar en círculos teóricos
paralizados por el fantasma, a veces materializado,
de la represión, o el sambenito de: “No hay
las condiciones objetivas y subjetivas para la
Revolución”.
Las Memorias de Emilio Alcalá, trabajadas por
el profesor Leonel Bentacourt y comentadas por
el tovarich José Enciso, nos dan cuenta de sus
múltiples andanzas, en particular, cabría resaltar:
su participación con los comunistas en el Sindicato
Minero bajo la guía de Don Chón Castro, su
liderazgo en el Sindicato de Trabajadores de