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Tribuna Comunista Núm. 500

Órgano de difusión y debate del Movimiento comunista Mexicano. Aquí algunos de los textos publicados en esta edición: EDITORIAL: Diez años de Tribuna Comunista EDITORIAL: El informe sobre Ayotzinapa Felicitaciones de nuestros lectores Entrega de fertilizantes en Zacatecas, Lucía Jáquez Méndez Desplazamientos por violencia del crimen organizado en comunidades de alta tradición migratoria transnacional zacatecana, 2021-2022, Dr. Fernando Robledo Martínez El camarada Emilio (una visión personal sobre un ciudadano del mundo, pero fresnillense), Salvador Salado Guerrero Marina vs. Bonilla o Bonilla vs. Marina, Gerardo Salvador Romero González ¿Nueva izquierda o nuevos métodos? Marcelo Colussi La agenda eclipsada, Carlos Moncada Gil Represión e impunidad en México: enfermedad crónica, Gerardo Pérez Muñoz Los comunistas en los años que vienen (II), Daniel Carlos García Ayotzinapa: crimen de estado, Jorge Meléndez Preciado Sale y entra, Jorge Meléndez Preciado ¿A dónde va el PRI?, Jorge Meléndez Preciado Las mineras en México, Antonio Gershenson Lucha y resistencia de 15 años en Cananea: la etapa definitiva, Óscar Alzaga Construir la paz, Pablo Moctezuma Barragán Marx y Engels, lectores de Darwin, Ian Angus “Dejen de ver gráficas y disfruten la vida”, Toño Nerio PC: «Es la hora de triunfar», El Siglo “50 holocaustos”, Xmaciek Wisniewski Apertura engañosa, Alejandro Marcó Del Pont Sequía, ola de calor y revolución, Daniel Tanuro La juventud trabajadora busca unir los movimientos climáticos y sindicalistas, Leanna First-Arai Un feminismo para desactivar la reacción, Clara Serra 134 Robles. Millones de pesos sustraídos a millones de pobres, Teresa Gil 136 ESCLAVOS y una propuesta legislativa contra la trata, Teresa Gil 138 ADULTOS. Vaivenes políticos olvidan prioridades, Teresa Gil 140 500 números y el comunismo abre brecha con Tribuna, Teresa Gil 142 Prisión preventiva oficiosa y el descarado oportunismo, Teresa Gil

Órgano de difusión y debate del Movimiento comunista Mexicano.
Aquí algunos de los textos publicados en esta edición:

EDITORIAL: Diez años de Tribuna Comunista
EDITORIAL: El informe sobre Ayotzinapa
Felicitaciones de nuestros lectores
Entrega de fertilizantes en Zacatecas, Lucía Jáquez Méndez
Desplazamientos por violencia del crimen organizado en comunidades de alta tradición migratoria transnacional zacatecana, 2021-2022, Dr. Fernando Robledo Martínez
El camarada Emilio (una visión personal sobre un ciudadano del mundo, pero fresnillense), Salvador Salado Guerrero
Marina vs. Bonilla o Bonilla vs. Marina, Gerardo Salvador Romero González
¿Nueva izquierda o nuevos métodos? Marcelo Colussi
La agenda eclipsada, Carlos Moncada Gil
Represión e impunidad en México: enfermedad crónica, Gerardo Pérez Muñoz
Los comunistas en los años que vienen (II), Daniel Carlos García
Ayotzinapa: crimen de estado, Jorge Meléndez Preciado
Sale y entra, Jorge Meléndez Preciado
¿A dónde va el PRI?, Jorge Meléndez Preciado
Las mineras en México, Antonio Gershenson
Lucha y resistencia de 15 años en Cananea: la etapa definitiva, Óscar Alzaga
Construir la paz, Pablo Moctezuma Barragán
Marx y Engels, lectores de Darwin, Ian Angus
“Dejen de ver gráficas y disfruten la vida”, Toño Nerio
PC: «Es la hora de triunfar», El Siglo
“50 holocaustos”, Xmaciek Wisniewski
Apertura engañosa, Alejandro Marcó Del Pont
Sequía, ola de calor y revolución, Daniel Tanuro
La juventud trabajadora busca unir los movimientos climáticos y sindicalistas, Leanna First-Arai
Un feminismo para desactivar la reacción, Clara Serra
134 Robles. Millones de pesos sustraídos a millones de pobres, Teresa Gil
136 ESCLAVOS y una propuesta legislativa contra la trata, Teresa Gil
138 ADULTOS. Vaivenes políticos olvidan prioridades, Teresa Gil
140 500 números y el comunismo abre brecha con Tribuna, Teresa Gil
142 Prisión preventiva oficiosa y el descarado oportunismo, Teresa Gil

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mujeres

evidencian fracturas ideológicas profundas y

constatan una vuelta al esencialismo por parte

de ciertas corrientes feministas. Esta inercia

conservadora forma parte de una foto más

amplia, de un repliegue identitario generalizado,

de una apuesta por las identidades fuertes y bien

delimitadas, una lógica que está recorriendo

nuestras luchas políticas y movimientos sociales.

Los sujetos políticos reivindican su especificidad

hasta el solipsismo y se multiplican las diferencias

esenciales, metafísicas e insalvables que nos

vuelven irremediablemente extraños unos de

otros.

La asignación de nuestras causas políticas

a determinados sujetos supuestamente

esenciales y naturales, la asunción de que las

reivindicaciones les pertenecen en exclusiva a

unos —con autoridad para ejercer de legítimos

propietarios de las mismas y denegar la entrada

a los otros—, es contraria al proceso de mestizaje

y de multiplicación de alianzas en el que consiste

la construcción de un proyecto colectivo de

mayorías radicalmente transformador.

El feminismo, inmerso también en estas lógicas

identitarias, es hoy, por tanto, el ambivalente

escenario de dos inercias diferentes y contrarias.

Existe un feminismo con voluntad de integrar

a lxs otrxs y con potencial, por lo tanto, para

devenir una de las luchas políticas y sociales más

poderosas y transformadoras del siglo veintiuno.

Como existe, también, un feminismo sumergido

en una inercia excluyente y contrarrevolucionaria

que avanza hacia un movimiento centrípeto de

contracción política. Esta ambivalencia representa

una encrucijada y, por lo mucho que depende de

ella, no se puede no tomar partido.

En la apuesta sobre qué feminismo defendamos

se pone en juego la potencia de uno de los

principales frentes de lucha para las izquierdas en

nuestro momento histórico actual; nos arriesgamos

al posible retraimiento del feminismo, a su vuelta al

estatuto de causa particular y subalterna que solo

interpela o convoca a una parte de la sociedad.

Lxs otrxs llaman a la puerta… ¿les vamos a

dejar entrar?

Como afirma Wendy Brown, «la deconstrucción

del sujeto provoca un evidente pánico en el

feminismo» y en el debate sobre la cuestión

trans se pone de relieve hasta qué punto algunos

feminismos condicionan la viabilidad misma de

todo proyecto político feminista a una clarísima

delimitación de su sujeto y a una nítida y unívoca

definición de lo que son «las mujeres». La vuelta

de ciertos discursos actuales a la biología como

criterio para patrullar las fronteras del sujeto

político es síntoma de un retroceso esencialista.

Lo cierto es que venimos de décadas en las que

la teoría feminista, desde diferentes perspectivas,

sometió a análisis crítico la noción de «mujer» para

evidenciar su construcción social —«no se nace

mujer, se llega a serlo», en palabras de Beauvoir—

y, por tanto, su carácter profundamente político.

Incluso Celia Amorós, teórica de referencia para

muchas de las feministas más beligerantes con

las leyes trans en el contexto español, afirmaba:

«hay que reconocerle a Butler que la dialéctica

construcción-deconstrucción de la categoría

“mujeres” plantea sin duda problemas [y que]

ello debería llevarnos a asumir el carácter siempre

revisable de la definición de la categoría y su

problematicidad».

Ahora bien, más allá de que, en efecto, una

mirada no esencialista deba renunciar a la

pretensión de tener una delimitación definitiva

de ese concepto, la cuestión de los límites

del feminismo —y, por tanto, su capacidad de

convertirse en una lucha del 99%— no se resuelve

solo con la ampliación del sujeto mujer. Por

supuesto, frente a las versiones más excluyentes,

puede tener potencia política afirmar que «las

mujeres trans son mujeres», pero eso no debería

servir para volver a poner en marcha una lógica

excluyente que nos haga incapaces de integrar

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