TRANSICION ENERGETICA COLOMBIA BID-MINENERGIA-2403_2021
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Introducción
LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA:
UNA REALIDAD GLOBAL
En octubre de 2020 la Agencia Internacional
de Energía (AIE) dio a conocer su reporte
anual respecto al sector en el mundo i . La expectativa
en torno al informe era explicable,
debido a una circunstancia extraordinaria: la
irrupción de la pandemia que no solo ocasionó
una inmensa crisis sanitaria, sino una profunda
recesión con efectos sobre el bienestar de
millones de personas.
Tal como era previsible, el organismo multilateral
informó que la situación derivada del
COVID-19 había ocasionado una contracción
del 5% en la demanda global de energía, del
7% en las emisiones de dióxido de carbono y
del 18% en las inversiones destinadas al segmento.
No obstante, la entidad también llegó
a la conclusión inesperada de que el impacto
sobre las fuentes de energía renovables fue
mínimo.
De hecho, la AIE proyecta que el ritmo de
crecimiento de las tecnologías limpias
para generar electricidad será muy elevado
en el futuro previsible. El cálculo es que
el 90 % del aumento en la demanda de las
próximas dos décadas estará cubierto por
alternativas como los paneles solares o las
turbinas de viento. Semejante proyección
confirma que la transición energética mundial
no es una promesa, sino una realidad ii .
Aunque existen quienes desearían un proceso
de evolución más veloz, es innegable
que hay un proceso de transformación en
marcha. De seguir las cosas como van, el peso
de las fuentes renovables en la oferta de electricidad
podría pasar del 5% hoy a la mitad
en 2050.
Parte de la razón de que eso esté sucediendo
se encuentra en los compromisos derivados
del Acuerdo de París, suscrito por 196 naciones
el 12 de septiembre de 2015, y ratificado
hasta la fecha por 190 de sus signatarios iii . El
texto exige a todas las partes que hagan contribuciones
a nivel individual, orientadas a
reducir significativamente sus emisiones de
gases de efecto invernadero. Los compromisos
asumidos obligan a cambios sustanciales
en el modelo sobre el cual un gran número de
países basaron su desarrollo durante el siglo
XX. El consumo de combustibles fósiles, tanto
para producir energía como para la movilidad
se ve sujeto a modificaciones de fondo, en favor
de métodos más limpios y con menor impacto
ambiental.
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