El pánico a los terremotos - La Brujula
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librexpresión<br />
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¡Echémosle la vaca! ¿De qué sirve ser ciudadano?<br />
Jorge Vega Miguel Ángel Maldonado<br />
Si escucháramos a un francés hablando en<br />
español, diciendo que no sabe qué va a pedir<br />
para comer, que necesita reflexionar, nos<br />
quedaríamos asombrados, ya que en español, ese<br />
verbo es más intenso que en francés. En español,<br />
un: «¡No sé qué voy a comer, voy a pensarlo!», nos<br />
sobra y basta.<br />
Para un nicaragüense común, reflexionar implica<br />
mucho más que sólo pensar; <strong>los</strong> momentos de<br />
reflexión, son momentos de paz en donde se trata<br />
de encontrar alguna enseñanza de lo aprendido o<br />
vivido.<br />
Según el Diccionario en línea de la Real Academia<br />
Española (DRAE), reflexionar significa:<br />
considerar nueva o detenidamente algo. <strong>El</strong> diccionario<br />
nos da la definición del uso de esta palabra<br />
en español, que es su razón de ser, y no en francés,<br />
pero traducir una palabra es súper fácil, entenderla<br />
en el contexto que se esté utilizando es un poco más<br />
experimental.<br />
Uno debe hacer la búsqueda para entender la<br />
mentalidad de <strong>los</strong> hablantes, en este caso, se debe<br />
consultar sitios de definición en francés, como le<br />
Centre National de Ressources Textuelles et Lexicales<br />
(CNRTL), o centro nacional de recursos textuales<br />
y lexicales en nuestro idioma.<br />
<strong>El</strong> uso del verbo reflexionar en francés es variable<br />
y se asemeja al uso que le damos en español, pero<br />
en el ejemplo antes mencionado, el significado se<br />
acerca más a la idea de pensar.<br />
Lo que pretendo con ese ejemplo, es reconocer<br />
al lector en el papel del receptor, quien es además<br />
el emisor vivo del idioma. Creo que no importa<br />
lo correcto o incorrecto que se hable, mientras un<br />
grupo de individuos manejen el mismo código y<br />
lo entiendan así, la función de la comunicación se<br />
cumplirá.<br />
Es sabido que cuando estamos en contacto con<br />
un nuevo idioma, siempre estamos tratando de<br />
ver el lado lógico de las estructuras de las frases y<br />
de las palabras utilizadas. En nuestra reflexión, el<br />
referente es nuestra manera de hablar, porque esa<br />
manera es la que mejor conocemos y por lo tanto es<br />
la primeramente aceptada.<br />
Como es nuestra manera de hablar de todos <strong>los</strong><br />
días, nos acostumbramos y es tildado de «normal»,<br />
eso evita asombrarnos de la manera en la que lo<br />
hacemos, pero si de vez en cuando nos damos unos<br />
pequeños minutos para pensar y reflexionar sobre<br />
las palabras, y en especial ciertas frases que utilizamos,<br />
podríamos sorprendernos y de qué manera!<br />
Para muestra, un ejemplo: el lunes por la mañana,<br />
estaba en las cercanías de un mercado, todo<br />
funcionaba de la manera habitual; gente entrando y<br />
saliendo, <strong>los</strong> vendedores ofreciendo sus productos,<br />
la gente comprando, quejándose del fuerte calor que<br />
hacía, en fin todo lo que se acostumbra ver en un<br />
mercado, en eso pasan dos señoras y una de ellas<br />
iba diciendo: ¿Viste cómo la malmataron*?, pues sí,<br />
lo que pasa es que le echaron la vaca ¿Le echaron la<br />
qué?, la vaca señor, la vaca!<br />
«echarle la vaca a alguien o algo»<br />
No sé de dónde proviene tan particular aseveración,<br />
pero ya le hemos sentido saborcito, no es novedoso<br />
para un nica (y entiendo que en Honduras también<br />
se usa) entender el significado de esa frase, y como<br />
es de uso común o popular como lo llaman en <strong>los</strong><br />
diccionarios, pues está presente en nuestro registro<br />
de idioma.<br />
Veamos pues ¿Qué es echar la vaca?<br />
Viéndolo desde el lado positivo, significa trabajar<br />
en conjunto, en equipo, juntos hacia el mismo<br />
objetivo, unir esfuerzos para lograr algo, jamás de<br />
manera individual, siempre en binomios o más. Su<br />
uso no queda aislado en el lenguaje popular, hace<br />
presencia incluso en medios periodísticos, en ocasiones<br />
incluso como título del artículo, ejemplo de eso:<br />
«“Echarle la vaca” al pleito con Colombia», Ortega<br />
dice que le «echan la vaca» a Nicaragua, Boaco le<br />
echa la vaca al dengue, Luis Enrique Calderón,<br />
«Echándole la Vaca» y quién sabe cuántos otros<br />
títu<strong>los</strong> más.<br />
Pues sí, en nuestra simpática manera de hablar,<br />
hay muchísimas frases y expresiones populares, tantas<br />
que a mí no se me haría nada fácil mencionarlas,<br />
pero en definitiva, que en este tipo de situaciones,<br />
tratar de explicar este prototipo de expresiones<br />
resulta ser algo pesado, una sola persona no bastaría,<br />
sin duda alguna que para lograrlo habría que<br />
echarle la vaca!<br />
Definiciones según el Vocabulario Popular Nicaragüense, por<br />
Rabella y Pallais.<br />
*Malmatar: herir de gravedad<br />
¿Se imaginan a una persona que esté aprendiendo español en<br />
Nicaragua o a un ciudadano de otro país, al que le toque escuchar<br />
eso?, seguro entendería el mal matar (que en nicaragüense se<br />
escribe junto: malmatar), pero indudablemente se asombrará.<br />
« ...si de vez en cuando nos<br />
damos unos pequeños<br />
minutos para pensar<br />
y reflexionar sobre las<br />
palabras, y en especial<br />
ciertas frases que<br />
utilizamos, podríamos<br />
sorprendernos y<br />
de qué manera!»<br />
En <strong>La</strong>tinoamérica, para <strong>los</strong> pobladores de<br />
comunidades marginales <strong>los</strong> derechos<br />
civiles y políticos que conllevan el ser<br />
ciudadanos, si bien existen y están contemplados<br />
en innumerables leyes, nunca se ejercen en<br />
su totalidad por el simple hecho de que se les ve<br />
como ciudadanos de segunda clase.<br />
Tenemos a un grupo mayoritario de la población<br />
que sigue siendo ignorado sólo por el hecho<br />
de su origen étnico, socioeconómico y de género.<br />
Esto hace que las personas en situación de<br />
extrema pobreza no puedan ejercer debidamente<br />
sus derechos, no porque no se les reconozca,<br />
sino porque no existen las condiciones para que<br />
lo hagan en plenitud.<br />
<strong>El</strong> deber ciudadano comúnmente se confunde<br />
sólo con el voto que es, en efecto, uno de <strong>los</strong><br />
actos más importantes de la ciudadanía, pero<br />
forma una pequeña parte de todo un universo<br />
de obligaciones y derechos, sin <strong>los</strong> cuales el voto<br />
y las elecciones terminan siendo un acto teatral<br />
Car<strong>los</strong> Roberto Fonseca<br />
Hace unas semanas leí en el periódico<br />
sobre un canadiense a quien dispararon<br />
por robarle una laptop aquí en<br />
Managua. Al parecer él estaba afuera de su casa<br />
usando la computadora, alguien se bajó de una<br />
moto pistola en mano para robársela, y aunque<br />
el canadiense accedió a dársela, igual le dispararon.<br />
Más tarde murió en el hospital.<br />
No es la primera vez que escribo sobre la<br />
inseguridad que vivimos a diario en «el país<br />
más seguro de Centroamérica», pero hoy, más<br />
que apuntar el dedo hacia la Policía y otras<br />
instituciones del Estado, quisiera plantearles<br />
una autocrítica.<br />
Resulta que el otro día una conocida me<br />
decía que necesitaba comprar una laptop, y un<br />
amigo de ella le había aconsejado que dejara de<br />
pensársela tanto, que él conocía a una persona<br />
que conseguía de todo a «buen precio», bastaba<br />
una llamada y seguro «algo» tenía que le podía<br />
interesar.<br />
«<br />
<strong>La</strong> ignorancia es bendita<br />
«<br />
<strong>El</strong> no garantizar derechos<br />
tan básicos como<br />
alimentación, vivienda,<br />
empleo, salud y educación<br />
a <strong>los</strong> ciudadanos, nos<br />
hace a todos cómplices<br />
de la destrucción de<br />
la ciudadanía».<br />
en el que las promesas y después <strong>los</strong> desengaños<br />
suelen ser la regla.<br />
En la mayor parte de la región centroamericana<br />
la participación ciudadana era impensable<br />
hace unos cuantos años; la represión<br />
de las diferentes dictaduras fue una realidad<br />
que estigmatizó el modo de actuar ciudadano<br />
de la mayoría de personas contemporáneas a<br />
esos hechos. Hoy existe una realidad diferente,<br />
donde no es la represión sino la indiferencia la<br />
que permite que millones de familias vivan en<br />
la exclusión y abandono.<br />
Es tan sólo cuestión de hablar con <strong>los</strong> po-<br />
Y es que cuando las cosas<br />
aparecen mágicamente<br />
como por generación<br />
espontánea, no parece haber<br />
necesidad de preguntarse<br />
¿de dónde vienen?»<br />
Todo managüense (y nicaragüense) sabe que<br />
si pregunta a la persona indicada, se pueden<br />
conseguir laptops, iPhones, iPads, y demás<br />
«i» de segunda mano a precios «botados». Y si<br />
bien estoy seguro que algunos de esos aparatos<br />
terminan en Nicaragua porque alguien <strong>los</strong><br />
«importó» de Estados Unidos, porque ahí la<br />
gente cambia esas vainas cada año, no dejo de<br />
pensar que muchos de el<strong>los</strong> tienen «dudosa»<br />
procedencia.<br />
Y cuando digo «dudosa» me refiero a aquel<strong>los</strong><br />
aparatos que te venden con todo y fotografías de<br />
una familia celebrando unos quinceaños en el<br />
folder «My Pictures».<br />
la brújula se imprime en: impresiones y troqueles S.a. (2266-1728)<br />
<strong>El</strong> contenido original de la brújula se publica bajo<br />
la licencia: creative commons. Algunos Derechos<br />
Reservados. Se puede reproducir libremente citando a<br />
la fuente y compartiéndola bajo estos mismos términos.<br />
más información en: brujula.com.ni/pagina/acerca<br />
bladores de las comunidades marginadas para<br />
notar que están cicatrizadas por la frustración,<br />
impunidad y represión, por el favoritismo político<br />
e indiferencia social.<br />
<strong>El</strong> no garantizar derechos tan básicos como<br />
alimentación, vivienda, empleo, salud y educación<br />
a <strong>los</strong> ciudadanos, nos hace a todos cómplices<br />
de la destrucción de la ciudadanía.<br />
Cualquier gobierno es tan culpable de sus<br />
acciones como la sociedad que se lo permite, y<br />
es ahí donde se encuentra la mayor responsabilidad<br />
ciudadana.<br />
Es evidente que de nada sirve ser ciudadano,<br />
si se es un ciudadano recordado por la clase<br />
política solamente en tiempos de elecciones<br />
para que cumpla su papel como una parte de la<br />
sociedad que exige nuevamente ser escuchada.<br />
«Los jodidos vienen a joder» son palabras que la<br />
sociedad suele decir cuando un grupo excluido<br />
pretende exigir sus derechos.<br />
Leyes que protejan <strong>los</strong> derechos humanos hay<br />
miles en <strong>La</strong>tinoamérica, pero sin ciudadanos<br />
que se arriesguen a ejercerlas y defenderlas, son<br />
letra muerta.<br />
Lo que ocurre es que cuando deseamos algo<br />
hacemos lo que sea para obtenerlo (y no me<br />
refiero a paz mundial, ni ninguna de esas cosas<br />
que sólo las aspirantes a misses parecen querer).<br />
Lo que sea, decía, incluyendo hacerse el sueco y<br />
no pensar en cosas incomodas como: ¿de dónde<br />
habrá salido esta laptop?, ¿de quién serán estas<br />
fotos de estas niñas con vestidos que parecen<br />
hechos de espumilla? Bueno, seguro ya entendieron<br />
el punto.<br />
Pero esto de sufrir lapsus selectivos no<br />
sólo ocurre con aparatos tecnológicos. Sucede<br />
también con el hijo de un funcionario del<br />
gobierno pasado (cualquiera en la historia de<br />
Nicaragua), que gozaba de un excelente estilo<br />
de vida gracias al trabajo bien remunerado y<br />
<strong>los</strong> negocitos por debajo que hacía su papá, y<br />
ahora resulta indignado, y con una gran úlcera<br />
de la arrechura, por lo que llama «abusos» en el<br />
gobierno del momento.<br />
Y es que cuando las cosas aparecen mágicamente<br />
como por generación espontánea, no parece<br />
haber necesidad de preguntarse ¿de dónde<br />
vienen?. Ya se sabe, la ignorancia es bendita.