03.08.2022 Views

Bajar es lo peor - Mariana Enriquez

Libro de autoayuda

Libro de autoayuda

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Seguramente.

—Pero a veces me ayuda; por lo menos, así dejo de pensar.

—Entonces, seguí dragándote, Val. ¿Qué querés que te diga?

—Qué sé yo, por ahí me la tendría que aguantar un poco.

Facundo se irritó:

—No digas pavadas. Hacé lo posible para que la cabeza no te joda. No

me vengas con que es como escaparse o alguna otra estupidez.

Narval suspiró.

—Es que te vuelve loco no saber qué pasa, no poder explicar de dónde

salen esas imágenes tan fuertes que te vienen a la cabeza. Parecen reales,

pero no lo son. No pueden ser reales. Ahí está la duda. Es la misma

sensación que cuando uno tropieza, pero justo en el momento que se queda

en el aire, ¿me explico? No. Bueno, cuando uno va a caerse, hay un

momento en que no sabe si va a mantener el equilibrio o se va a hacer

bosta contra el piso. Y no lo sabe de verdad. Las dos posibilidades tienen

la misma cantidad de probabilidades. Pero uno siempre termina o en el

piso o parado. Nadie jamás se queda en el aire, en la duda. Es decir, yo

puedo confundirme acerca de qué cosas son reales y qué cosas no. Pero

finalmente tengo que descubrirlo: es real o no lo es. Y no puedo. Es como

si estuviera en el aire: no sé si voy a salir caminando ileso o me voy a

reventar contra el piso. No lo sé. Estoy en el medio.

Narval hizo una pausa para tomar aire; había hablado demasiado rápido.

Después dijo:

—Me la paso esperando que esto se termine de una vez por todas, algo

así como un amanecer y las letritas de «The End».

—Y la musiquita y los títulos —Facundo tomó un trago de cerveza y se

pasó la botella por la frente; le dolía la cabeza.

—No te rías de mí, Facundo. Estoy mal.

Facundo se quedo callado, mirando para otro lado. Narval esperó que

dijera algo como: «Contame bien lo que te pasa». No se animaba a

empezar a contarlo solo. No mientras Facundo siguiera tan evasivo. No

mientras Facundo no quisiera enterarse. Por fin dijo, casi en voz baja:

—¿Se me va a pasar?

—No sé, Narval, no soy psicoanalista.

Cuando Facundo no le decía Val, era porque estaba enojado y no había

más que decir.

—Muchas gracias— dijo Narval, resentido.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!