03.08.2022 Views

Bajar es lo peor - Mariana Enriquez

Libro de autoayuda

Libro de autoayuda

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

esa tarde había quedado en encontrarse con Armendáriz y tampoco quería

verlo. Le dio al taxista la dirección del boliche de la Diabla.

Bajó del taxi y tiró una piedra a una de las ventanas del piso de arriba.

Al rato, alguien le tiró una llave. Facundo abrió la puerta y subió corriendo

las escaleras, con la nariz fruncida por el horrible olor a transpiración que

había quedado en el boliche. Precipitadamente, entró en la habitación de la

Diabla y dijo:

—Vengo a quedarme acá, no puedo estar solo.

—Pasá, belleza, mi casa es tu casa y siempre lo será —dijo la Diabla,

que estaba saliendo de su borrachera y no había dormido.

Facundo estuvo a punto de contar el episodio con la Palera, pero prefirió

callarse; en cambio, tiró un colchón en el piso, junto al de Juani, que

despertó parpadeando como un búho.

—Facun, ¿qué hacés por acá?

Él no contestó y la Diabla se le abrazó a las piernas. Facundo lo levantó

del piso y lo sentó a su lado, sobre el colchón. Sonriente, dijo:

—¿Cómo va todo, Diabla?

—Como una mierda. Me está haciendo el jueguito de los celos. Me va a

volver loco —y se desplomó, llorando bajito, sobre el regazo de Facundo.

—Eso te pasa por enamorarte de chongos —dijo Joaco, que fingía

dormir en una cama.

—¡Callate! —gritó la Diabla, y tiró un cenicero contra la pared.

Juani, resoplando, se levantó en calzoncillos y fue hasta su campera para

buscar cigarrillos.

—Diabla, calmate de una vez. Y vos, Joaco, no seas pelotudo.

Joaco siguió riéndose entre dientes y la Diabla lloró aún más fuerte.

Juani encendió un cigarrillo y le tiró el atado a Facundo, que lo agarró al

vuelo.

—Hoy, temprano, lo vi a tu amigo —dijo.

—¿Qué amigo?

—El rubio que me cruzaba en tu departamento, el que vino acá una vez.

Facundo parpadeó y de pronto toda la escena con la Diabla sufriente

entre sus piernas dejó de existir.

—Qué tipo raro —siguió Juani— Me dio impresión. No sé qué toma,

pero le debe hacer mal porque tiene una cara terrible, da miedo.

Facundo sintió cómo se tensaban todos los músculos de su cuerpo.

Contenete, pensó.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!