03.08.2022 Views

Bajar es lo peor - Mariana Enriquez

Libro de autoayuda

Libro de autoayuda

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

trató de no pensar, apretando más fuerte la mano de Facundo. Había

poquísima gente. La Diabla tropezaba con las sillas y parecía que a cada

paso iba a caerse al piso, pero se las arregló para sentarse en una silla, con

una botella de vino entre las manos.

Facundo llevó a Carolina hasta la barra y pidió dos cervezas.

—¿Viste cómo está? —dijo el tipo de la barra, señalando a su patrón.

—Sí. Hay que dejarlo tranquilo. Mejor que esté solo.

—Le rompieron el corazón otra vez.

—No aprende más —dijo Facundo, y subió las escaleras; prefería las

mesas de arriba, más oscuras y solitarias.

—Pobre tipo —dijo Carolina cuando se sentaron—. Parecía estar muy

mal.

—Se las busca.

—Facundo, no seas así, no te hagas el duro. Uno no puede evitar

enamorarse, no puede controlarlo.

—A lo mejor.

—Acaso nunca te enamoraste.

—Por lo menos, no me di cuenta.

—¿Ni de Narval?

Facundo miró fijamente el vaso, recordando cómo Narval lo tomaba

entre sus brazos no hacía tanto tiempo.

—Ni de Narval —dijo en voz baja, lenta y cadenciosamente—. Te dije

que no habláramos de él.

—¿Lo buscaste?

Facundo negó con la cabeza.

—Mejor, porque te hace mal, está muy loco. Pero lo extrañás.

—Claro que lo extraño, pero no quiero verlo más.

—Está bien, pero lo querés, me doy cuenta. Estás enamorado de él y es

un bajón porque...

—Carolina, creo que no te mato porque las pastillas de tu hermano me

dejaron pelotudo.

Facundo dibujó oes sobre la mesa con el vaso mojado y no dijo nada

más. Carolina cambió de tema.

—¿Sabés por qué no quería venir?

—Sí, claro —Facundo sonrió casi con ternura y acarició la mano de

Carolina.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!