Las siete cabritas
"Las siete cabritas" forma parte de la colección CUENTOS CLÁSICOS RIMADOS, con fantásticas ilustraciones a color y el texto en verso. Un lobo quiere entrar en la casa de las siete cabritas para zampárselas, aprovechando que su madre no está. Mamá Cabra, antes de irse, las avisa de que tengan cuidado con el lobo, así que cuando este llega, las cabritas no se dejan engañar. Primero detectan que el lobo tiene la voz muy grave. Después, que tiene las patas muy negras. Pero el hambriento lobo se las acaba ingeniando para entrar. Las siete cabritas se esconden en siete lugares diferentes, pero el lobo dar con seis de ellas y, con lo hambriento que está, se las traga sin masticar. Cuando llega Mamá Cabra, se le ocurre una brillante idea para liberar las cabritas y, de paso, dar un buen escarmiento al lobo. Las cabritas aprenden que no deben dejar entrar a desconocidos en casa.
"Las siete cabritas" forma parte de la colección CUENTOS CLÁSICOS RIMADOS, con fantásticas ilustraciones a color y el texto en verso.
Un lobo quiere entrar en la casa de las siete cabritas para zampárselas, aprovechando que su madre no está. Mamá Cabra, antes de irse, las avisa de que tengan cuidado con el lobo, así que cuando este llega, las cabritas no se dejan engañar. Primero detectan que el lobo tiene la voz muy grave. Después, que tiene las patas muy negras. Pero el hambriento lobo se las acaba ingeniando para entrar.
Las siete cabritas se esconden en siete lugares diferentes, pero el lobo dar con seis de ellas y, con lo hambriento que está, se las traga sin masticar. Cuando llega Mamá Cabra, se le ocurre una brillante idea para liberar las cabritas y, de paso, dar un buen escarmiento al lobo. Las cabritas aprenden que no deben dejar entrar a desconocidos en casa.
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<strong>Las</strong> SIeTE CABRITAS<br />
A mis hijas,<br />
Adriana y Martina.<br />
La mejor aventura que<br />
podría haber imaginado.<br />
Laia Guerrero<br />
Cuento tradicional alemán documentado<br />
por los Hermanos Grimm<br />
Adaptación de Jose Sénder<br />
Ilustraciones de Laia Guerrero
Érase una vez una cabra muy bonita,<br />
que vivía en una casa en el bosque con sus <strong>siete</strong> <strong>cabritas</strong>.<br />
Después venían Bernardo y Cristina,<br />
y por último Carlota, que era la más chiquitina.<br />
La mayor se llamaba Sarita,<br />
Enrique venía después,<br />
luego estaba Juanita,<br />
y el siguiente era Andrés.
Una mañana mamá cabra se fue al bosque a buscar comida,<br />
pero antes les dio un consejo muy importante para su vida:<br />
―No abráis la puerta si llama el lobo feroz.<br />
Si intenta engañaros, le reconoceréis por la voz.<br />
Su voz es muy grave y tiene negras las patas.<br />
Y si le dejáis entrar, ¡se os comerá con patatas!<br />
Al cabo de un rato, alguien llamó de repente.<br />
―¡Ya he vuelto, hijitos míos! ¡Abridme para que entre!<br />
Pero las <strong>cabritas</strong> notaron que era muy grave aquella voz.<br />
¡Aquella no era su madre, era el lobo feroz!<br />
―¡Fuera de aquí, lobo!<br />
¿Te crees que somos bobos?<br />
Toc<br />
Toc
El lobo, muy avispado,<br />
con su cartera se fue al colmado.<br />
Compró huevos y se comió sólo las claras,<br />
para que su voz mucho más aguda sonara.<br />
El lobo volvió a llamar y dijo con voz aguda:<br />
―¡Abridme, soy vuestra madre y necesito<br />
vuestra ayuda!<br />
Pero le vieron la pata mientras llamaba a la puerta,<br />
y al ver lo negra que era, las <strong>cabritas</strong> se dieron cuenta.<br />
―¡Fuera de aquí, lobo malvado!<br />
¡Vete a buscar comida a otro lado!<br />
Toc<br />
Toc<br />
Toc
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