MAYO 31
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E S C U C H A A Q UÍ<br />
13<br />
completamente deshonestas, plagadas de actos<br />
inmorales. Todo esto sin mencionar, que las<br />
enseñanzas que deben cumplir con la importante<br />
función de desarrollar y alimentar el intelecto del<br />
alumnado, no en pocos casos se desvía de los<br />
carriles deseados, para ofrecer por ejemplo,<br />
aprendizajes que no solo impulsan por un lado al<br />
egoísta individualismo, sino que también a<br />
aceptar con completa naturalidad, relaciones<br />
sexuales sin que se destaque la importancia de la<br />
existencia de una pareja formal y legalmente<br />
formada. Yendo más allá en este terreno, casi se<br />
da por buena, la convivencia en unión libre de<br />
dos seres del mismo sexo. Además como un<br />
fuerte condimento, se agrega el alejamiento de<br />
Dios de las aulas, mediante la prohibición de leer<br />
su palabra dentro de estos claustros, y negando<br />
por completo la imprescindible necesidad de<br />
hablar con él por medio de la oración.<br />
Bueno, podríamos hacer mención a muchos<br />
otros condicionantes, al menos desde mi punto<br />
de vista, con connotaciones negativas, que<br />
encrespan las aguas de la vida diaria, por donde<br />
deben navegar las familias. Los hogares son<br />
como barcos a la deriva, en medio de las altas<br />
olas de la discordia y la incomprensión. Sus<br />
capitanes y timoneles, ya no son capaces de<br />
manejar con completa pericia a estas naves,<br />
siendo arrastradas en todo tiempo por vientos<br />
que las lanzan de un lugar a otro sin ningún<br />
control. Los puertos seguros, que antaño se<br />
encontraban en los senos familiares, en no pocos<br />
casos, se han perdido de vista por completo. Ya<br />
no se sabe a ciencia cierta, si los principales<br />
responsables de cada clan, no saben o<br />
directamente no les interesa, ejercer una sana<br />
manera de pilotaje. Es por estas cosas, y muchas<br />
otras que serían muy largo de enumerar, que he<br />
desarrollado este escrito titulándolo: La familia<br />
de hoy sacudida por poderosas tormentas<br />
Sería muy sencillo culminar aquí con el artículo,<br />
pero como pastor, como consejero clínico<br />
familiar, e incluso como ser humano, siento que<br />
esto no sería justo, y mucho menos ético, dado<br />
que no estaría haciendo mención a la salida<br />
apropiada para el problema enunciado, mediante<br />
una recomendación o consejo, que<br />
decididamente apunte a una buena manera de<br />
desplazarse hacia horizontes más venturosos.<br />
Esto se resume en el hecho de dejar que sea el<br />
Señor Jesucristo, quien tome la capitanía del<br />
hogar, y también haciendo de forma especial,<br />
que el resto de los oficiales a cargo, léase padres<br />
o esposos, se sometan con gusto y<br />
voluntariamente, de una manera ordenada y<br />
disciplinada, a los requerimientos del hacedor de<br />
todas las cosas, incluida la familia, es decir<br />
nuestro amado Dios. De no ser así,<br />
definitivamente, muchos hogares van a seguir<br />
zozobrando y hundiéndose irremediablemente<br />
en medio de la tormenta. “Tiemblan y titubean<br />
como ebrios, y toda su ciencia es inútil. Entonces<br />
claman a Jehová en su angustia, y los libra de sus<br />
afecciones. Cambia la tempestad en sosiego, y se<br />
apaciguan sus ondas. Luego se alegran,<br />
porque se apaciguaron; y así los guía al puerto<br />
que deseaban” (Salmo 107: 27 – 30). Este<br />
hermoso pasaje bíblico habla por sí solo.<br />
Soy conciente de que quizás, algunos de nuestros<br />
lectores no se sentirán del todo cómodos con<br />
este escrito, esto es pensando en la puntuación<br />
desarrollada en parte, desde la perspectiva<br />
cristiana, pero definitivamente siento en lo<br />
profundo de mi corazón, que con la simple<br />
opción de ocultar la verdad de lo que nos rodea,<br />
no se logrará mejorar el panorama de los hogares<br />
de este tiempo.<br />
Pero más allá de cual sea el pensamiento que<br />
generen mis palabras, quiero agradecer<br />
profundamente a cada uno de ustedes, el hecho<br />
de que se hayan tomado un tiempo para leer este<br />
sencillo artículo.<br />
Dios los guarde y los bendiga.