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herméticos de la época. ¡Y con todo su tratado fue una erudita
aunque dogmática rendición a los principios detrás del concepto
de Dios de tres personas en una, el mismo fundamento de la
Cristiandad!
Flowers apunta que tanto Lactancio en el siglo 3 D.C.,
como Cirilo de Alejandría en el siglo 5 D.C., alababan
literalmente a Hermes Trismegistus, el “Padre de la Magia
Hermética” como a un “profeta de Cristo!” Como puedes
imaginar, con semejantes autoridades de la iglesia exaltando las
virtudes de la magia Hermética, los antiguos clérigos empezaron
a modelar su propio sistema de pensamiento mágico, todos con la
aprobación de la iglesia. Estos textos fueron re─descubiertos más
tardes por los clérigos de la Edad Oscura, y así empezó la síntesis
de los grimorios.
Como se ha mencionado anteriormente, y como revela el
estudio de la historia medieval, la iglesia cristiana se estableció
firmemente con la caída de Roma. Las personas no tuvieron otra
opción para elegir las autoridades que necesitaban para gobernar
sus vidas diarias. Con su siempre creciente dominio restringente
en las vidas de las personas, la iglesia cristiana reconoció
rápidamente que sus propias doctrinas tenían que ser estrictamente
cumplidas. Primero, entre su propio clero, y a través de
este, los creyentes. De suprema importancia fue la absoluta
eliminación pública de cualquier cosa pagana.
Cualquier cosa relacionada con el culto a varios dioses fue
suprimido cruelmente, cuando no completamente destruido.
Aunque la Doctrina cristiana de Philoque que sostiene la idea de
las tres personas en un solo Dios y el concepto de los santos (un
corolario de dioses menores como base politeísta del paganismo),
contradijo su posición contra la idea de diversos dioses, los
conceptos politeístas paganos fueron no obstante desarraigados y
eliminados. Semejante exaltación de ideas como la Doctrina de
Philoque y el concepto de la Santidad fueron en un principio
teológicamente separados de los asuntos diarios de la iglesia en
su historia, y guardados cuidadosamente. Estos asuntos sólo
fueron interpretados por altos cargos electos de la Santa Madre
Iglesia. Esta fue (y todavía es) la actitud dirigida por el Vaticano
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