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DIRf]ASE A USTED MISMO EXCEPCIONALMENTE BIEN<br />
está abajo donde se encuentra la acción, usted no puede ponerse a holgazanear.<br />
La clave para dirigirse bien a sí mismo es aprender la auto<br />
administración. He observado que la mayor parte de las personas<br />
ponen demasiado énfasis en la toma de decisiones pero muy poco énfasis<br />
en la administración de esa decisión. Por consiguiente, ellos carecen<br />
de enfoque, disciplina, intencionalídad, y propósito.<br />
Creo esto tan firmemente que hasta escribí un libro al respecto. Se<br />
titula Lo que importa es el hoy. La tesis del libro es que la gente que<br />
triunfa toma decisiones acertadas al principio de un proceso y administra<br />
esas decisiones diariamente. A menudo pensamos que dirigirse<br />
a sí mismo tiene que ver con tomar buenas decisiones cada día, cuando<br />
la realidad consiste en que necesitamos<br />
tomar unas cuantas decisiones<br />
críticas en las áreas principales de la<br />
vida para después poder administrar<br />
esas decisiones día a día.<br />
Aquí está un ejemplo clásico de<br />
La clave para dirigirse bien<br />
a sí mismo es aprender la<br />
autoadministración.<br />
lo que quiero decir. ¿Se ha hecho alguna vez la resolución en el año<br />
nuevo de ponerse en forma? Usted probablemente ya sabe que el ejercicio<br />
es importante. Tomar la decisión de hacerlo no es difícil, lo difícil<br />
es llevarlo a cabo de manera constante. Digamos, por ejemplo, que<br />
usted se mete al gimnasio en la primera semana de enero. Usted está<br />
emocionado de saber que va a empezar, pero la primera vez que usted<br />
llega al gimnasio, hay demasiada gente. Hay tantos autos que la policía<br />
tiene que dirigir el tráfico. Usted conduce por unos quince minutos,<br />
y finalmente encuentra un estacionamiento a cuatro cuadras del<br />
gimnasio. Pero no hay problema, usted está allí para el ejercicio de<br />
todos modos, entonces usted camina hasta el gimnasio. Después, cuando<br />
entra en el edificio, usted tiene que esperar solo para usar uno de<br />
los vestidores. Aun así usted piensa, No hay problema. Quiero ponerme<br />
en forma. Esto va a ser genial. Usted piensa eso hasta que finalmente<br />
descubre que todas las máquinas están siendo utilizadas. Otra vez tiene<br />
que esperar. Finalmente, usted se sube a una máquina -no es la que<br />
realmente quería, pero que más da- y hace ejercicios por veinte<br />
minutos. Cuando ve la fila para la ducha, usted decide no darse ninguna,<br />
toma su ropa, y se marcha a casa. A la salida, usted ve al gerente del<br />
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