Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva- Stephen R.Covey
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<strong>Los</strong> 7 <strong>hábitos</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>gente</strong> <strong>altamente</strong> <strong>efectiva</strong><br />
<strong>Stephen</strong> R. <strong>Covey</strong><br />
Cómo redactar y usar un enunciado <strong>de</strong> <strong>la</strong> misión personal<br />
Cuando penetramos profundamente en nosotros mismos y reorganizamos nuestros paradigmas básicos<br />
para ponerlos en armonía con principios correctos, creamos al mismo tiempo un centro efectivo que nos da<br />
po<strong>de</strong>r y una óptica c<strong>la</strong>ra a través <strong>de</strong> <strong>la</strong> cual po<strong>de</strong>mos ver el mundo. Po<strong>de</strong>mos entonces centrar esa óptica en el<br />
modo en que nosotros, como individuos únicos, nos re<strong>la</strong>cionamos con ese mundo.<br />
Frankl dice que no inventamos sino que <strong>de</strong>tectamos nuestra misión en <strong>la</strong> vida. Creo que todos tenemos un<br />
monitor o sentido interno, una conciencia moral, que nos permite percatarnos <strong>de</strong> nuestra singu<strong>la</strong>ridad y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />
contribuciones específicas que po<strong>de</strong>mos realizar. En pa<strong>la</strong>bras <strong>de</strong> Frankl: «Toda persona tiene su propia misión<br />
o vocación específicas en <strong>la</strong> vida... En el<strong>la</strong>s no pue<strong>de</strong> ser reemp<strong>la</strong>zada, ni su vida pue<strong>de</strong> repetirse. De modo<br />
que <strong>la</strong> tarea <strong>de</strong> cada uno es tan única como su oportunidad específica para llevar<strong>la</strong> a cabo».<br />
Cuando procuramos dar expresión verbal a ese carácter único, <strong>de</strong> nuevo recordamos <strong>la</strong> importancia<br />
fundamental <strong>de</strong> <strong>la</strong> proactividad y <strong>de</strong>l trabajo <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> nuestro círculo <strong>de</strong> influencia. Buscarle a nues tra vida<br />
algún significado abstracto en nuestro círculo <strong>de</strong> preocupación equivale a abdicar <strong>de</strong> nues tra responsabilidad<br />
proactiva, poner nuestra primera creación propia en manos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s circunstancias o <strong>de</strong> otras personas.<br />
Nuestro significado viene <strong>de</strong> a<strong>de</strong>ntro. Para citar <strong>de</strong> nuevo a Frankl: «En última instancia, el hombre no <strong>de</strong>be<br />
preguntar cuál es el significado <strong>de</strong> su vida, sino reconocer que él mismo es el interrogado. En una pa<strong>la</strong>bra, cada<br />
hombre es interrogado por <strong>la</strong> vida, y sólo pue<strong>de</strong> respon<strong>de</strong>r a <strong>la</strong> vida respondiendo por su propia vida; a <strong>la</strong> vida<br />
sólo pue<strong>de</strong> respon<strong>de</strong>rle siendo responsable».<br />
La responsabilidad personal, o proactividad, es fundamental para <strong>la</strong> primera creación. Volvamos a <strong>la</strong><br />
metáfora informática: el primer hábito dice «Tú eres el programador». A continuación, el segundo hábito agrega:<br />
«Formu<strong>la</strong> el programa». Mientras uno no acepte <strong>la</strong> i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que es responsable, <strong>de</strong> que es el programador, no<br />
se <strong>de</strong>dicará a formu<strong>la</strong>r el programa.<br />
Como personas proactivas, po<strong>de</strong>mos empezar a dar expresión a lo que queremos ser y hacer en nuestras<br />
vidas. Po<strong>de</strong>mos redactar un enunciado <strong>de</strong> nuestra misión personal, una constitución personal.<br />
Un enunciado <strong>de</strong> misión no es algo que se escriba <strong>de</strong> <strong>la</strong> noche a <strong>la</strong> mañana. Requiere una introspección<br />
profunda, un análisis cuidadoso, una expresión meditada, y a menudo muchos borradores, hasta llegar a <strong>la</strong><br />
forma final. Tal vez pasen varias semanas o incluso meses antes que usted se sienta realmente cómodo con él,<br />
antes que lo vea como expresión completa y concisa <strong>de</strong> sus valores y orientaciones más íntimos. Incluso<br />
entonces querrá revisarlo regu<strong>la</strong>rmente y efectuar cambios menores a medida que los años le procuren nuevas<br />
comprensiones o traigan consigo nuevas circunstancias.<br />
Pero, en lo fundamental, su enunciado <strong>de</strong> misión se convierte en su constitución, en expresión sólida <strong>de</strong> su<br />
punto <strong>de</strong> vista y sus valores. Pasa a ser el criterio con el que se mi<strong>de</strong>n todas <strong>la</strong>s otras cosas <strong>de</strong> su vida.<br />
Hace poco tiempo yo mismo terminé <strong>de</strong> revisar mi propio enun ciado <strong>de</strong> misión, cosa que suelo hacer<br />
regu<strong>la</strong>rmente. Solo en <strong>la</strong> p<strong>la</strong> ya, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un paseo en bicicleta, cogí mi borrador y empecé a darle una nueva<br />
forma. Me llevó varias horas, pero experimenté una sensación <strong>de</strong> c<strong>la</strong>ridad, <strong>de</strong> organización y compromiso, <strong>de</strong><br />
regocijo y libertad.<br />
Descubrí que el proceso es tan importante como el producto. Escribir o revisar un enunciado <strong>de</strong> misión es<br />
algo que efectúa cambios en nosotros al obligarnos a pensar en nuestras priorida<strong>de</strong>s con profundidad y<br />
cuidado, y a alinear nuestra conducta con nuestras creencias. Al hacerlo, otras personas empiezan a sentir que<br />
no estamos a merced <strong>de</strong> lo que nos suce<strong>de</strong>. Uno tiene un sentido <strong>de</strong> misión acerca <strong>de</strong> lo que está tratando <strong>de</strong><br />
hacer, y ello le entusiasma.<br />
Usando <strong>la</strong> totalidad <strong>de</strong>l cerebro<br />
Nuestra autoconciencia nos permite examinar nuestros propios pensamientos. Esto es particu<strong>la</strong>rmente útil<br />
para crear un enunciado <strong>de</strong> <strong>la</strong> misión personal, porque <strong>la</strong>s dos únicas dotes humanas que hacen posible <strong>la</strong><br />
práctica <strong>de</strong>l segundo hábito (<strong>la</strong> imaginación y <strong>la</strong> conciencia moral) son primordialmente funciones <strong>de</strong>l hemisferio<br />
<strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l cerebro. Si compren<strong>de</strong>mos cómo hay que utilizar <strong>la</strong> capacidad <strong>de</strong>l hemisferio <strong>de</strong>recho, aumentará<br />
enormemente nuestra aptitud para <strong>la</strong> primera creación.<br />
Durante décadas se han realizado muchas investigaciones sobre lo que ha dado en <strong>de</strong>nominarse teoría <strong>de</strong>l<br />
predominio cerebral. Fundamentalmente, se ha <strong>de</strong>scubierto que cada hemisferio <strong>de</strong>l cerebro (el izquierdo y el<br />
<strong>de</strong>recho) tien<strong>de</strong> a especializarse en, y presi<strong>de</strong>, diferentes funciones, procesa diferentes tipos <strong>de</strong> información y<br />
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