Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva- Stephen R.Covey
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<strong>Los</strong> 7 <strong>hábitos</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>gente</strong> <strong>altamente</strong> <strong>efectiva</strong><br />
<strong>Stephen</strong> R. <strong>Covey</strong><br />
hermana, perdió a toda su familia. El propio Frankl fue torturado y sometido a innumerables humil<strong>la</strong>ciones, sin<br />
estar nunca seguro <strong>de</strong> si en el momento siguiente lo llevarían a <strong>la</strong> cámara <strong>de</strong> gas o se quedaría entre los que se<br />
«salva ban», los cuales retiraban los cuerpos o recogían <strong>la</strong>s cenizas <strong>de</strong> los con<strong>de</strong>nados.<br />
Un día, <strong>de</strong>snudo y solo en una pequeña habitación, empezó a tomar conciencia <strong>de</strong> lo que <strong>de</strong>nominó «<strong>la</strong><br />
libertad última», esa libertad que sus carceleros nazis no podían quitarle. Ellos podían contro<strong>la</strong>r todo su<br />
ambiente, hacer lo que quisieran con su cuerpo, pero el propio Victor Frankl era un ser autoconsciente capaz <strong>de</strong><br />
ver como ob servador su propia participación en los hechos. Su i<strong>de</strong>ntidad básica estaba intacta. En su interior él<br />
podía <strong>de</strong>cidir <strong>de</strong> qué modo podía afectarle todo aquello. Entre lo que le sucedía, o los estímulos y su respuesta,<br />
estaba su libertad o su po<strong>de</strong>r para cambiar esa respuesta.<br />
En medio <strong>de</strong> sus experiencias, Frankl se proyectaba hacia contextos distintos; por ejemplo, se imaginaba<br />
dando conferencias ante sus alumnos <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber sido liberado <strong>de</strong>l campo <strong>de</strong> concentraron. En el au<strong>la</strong> se<br />
<strong>de</strong>scribiría a sí mismo y expondría como lección 0 que había aprendido durante <strong>la</strong> tortura.<br />
Por <strong>la</strong> vía <strong>de</strong> disciplinas <strong>de</strong> este tipo (mentales, emocionales morales, usando principalmente <strong>la</strong> memoria y<br />
<strong>la</strong> imaginación) ejercitó su pequeña y embrionaria libertad, que entonces creció, hasta llegar a ser mayor que <strong>la</strong><br />
<strong>de</strong> sus carceleros nazis. <strong>Los</strong> nazis tenían más libertad exterior, más opciones entre <strong>la</strong>s que podían elegir en su<br />
ambiente, pero él tenía más libertad interior, más po<strong>de</strong>r interno para ejercitar sus opciones. Se convirtió en un<br />
ejemplo para quienes lo ro<strong>de</strong>aban, incluso para algunos <strong>de</strong> los guardias. Ayudó a otros a encontrar un sentido<br />
en su sufrimiento y dignidad en su vida <strong>de</strong> prisioneros.<br />
En <strong>la</strong>s más <strong>de</strong>gradantes circunstancias imaginables, Frankl usó el privilegio humano <strong>de</strong> <strong>la</strong> autoconciencia<br />
para <strong>de</strong>scubrir un principio fundamental <strong>de</strong> <strong>la</strong> naturaleza <strong>de</strong>l hombre: entre el estímulo y <strong>la</strong> respuesta, el ser<br />
humano tiene <strong>la</strong> libertad interior <strong>de</strong> elegir.<br />
La libertad <strong>de</strong> elegir incluye los privilegios que nos singu<strong>la</strong>rizan como seres humanos. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
autoconciencia, tenemos imaginación (capacidad para ejercer <strong>la</strong> creación en nuestras mentes, yendo más allá<br />
<strong>de</strong> <strong>la</strong> realidad presente). Tenemos conciencia moral (una profunda percepción interior <strong>de</strong> lo que es correcto o<br />
incorrecto, <strong>de</strong> los principios que gobiernan nuestra conducta, y <strong>de</strong> <strong>la</strong> medida en que nuestros pensamientos y<br />
acciones están en armonía con dichos principios). Y tenemos voluntad in<strong>de</strong>pendiente (capacidad para actuar<br />
sobre <strong>la</strong> base <strong>de</strong> nuestra autoconciencia, libres <strong>de</strong> cualquier otra influencia).<br />
Ni siquiera los animales más inteli<strong>gente</strong>s tienen esos recursos. Po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir, con una metáfora tomada<br />
<strong>de</strong>l lenguaje <strong>de</strong> <strong>la</strong> informática, que ellos están programados por el instinto o el adiestramiento, o por ambas<br />
cosas. Se los pue<strong>de</strong> adiestrar para que sean responsables, pero no pue<strong>de</strong>n asumir <strong>la</strong> responsabilidad <strong>de</strong> ese<br />
adiestramiento; en otras pa<strong>la</strong>bras, no pue<strong>de</strong>n dirigirlo. No pue<strong>de</strong>n cambiar <strong>la</strong> programación. Ni siquiera tienen<br />
conciencia <strong>de</strong> el<strong>la</strong>.<br />
Pero como consecuencia <strong>de</strong> nuestros privilegios humanos, po<strong>de</strong>mos formu<strong>la</strong>r nuevos programas para<br />
nosotros mismos, totalmente in<strong>de</strong>pendientes <strong>de</strong> nuestros instintos y adiestramiento. Por ello <strong>la</strong> capacidad <strong>de</strong>l<br />
animal es re<strong>la</strong>tivamente limitada, y <strong>la</strong> <strong>de</strong>l hombre, ilimitada. Pero si vivimos como animales, sobre <strong>la</strong> base <strong>de</strong><br />
nuestros ins tintos, condicionamientos y condiciones, siguiendo los dictados <strong>de</strong> nuestra memoria colectiva,<br />
también nosotros seremos limitados.<br />
El paradigma <strong>de</strong>terminista proviene primariamente <strong>de</strong>l estudio <strong>de</strong> animales (ratas, monos, palomas, perros)<br />
y <strong>de</strong> personas neuróticas y psicóticas. Si bien esto permite satisfacer ciertos criterios <strong>de</strong> algu nos investigadores,<br />
como los <strong>de</strong> mensurabilidad y predictibilidad, <strong>la</strong> historia <strong>de</strong> <strong>la</strong> humanidad y nuestra propia autoconciencia nos<br />
dicen que este mapa en modo alguno <strong>de</strong>scribe el territorio.<br />
Nuestras dotes singu<strong>la</strong>rmente humanas nos elevan por encima <strong>de</strong>l mundo animal. La medida en que<br />
ejercitamos y <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>mos esas dotes nos da po<strong>de</strong>r para <strong>de</strong>splegar nuestro potencial humano. Entre el<br />
estímulo y <strong>la</strong> respuesta está nuestra mayor fuerza: <strong>la</strong> libertad interior <strong>de</strong> elegir.<br />
La «proactividad» <strong>de</strong>finida<br />
Al <strong>de</strong>scribir los principios básicos <strong>de</strong> <strong>la</strong> naturaleza <strong>de</strong>l hombre, Frankl trazó un mapa preciso <strong>de</strong> sí mismo, a<br />
partir <strong>de</strong>l cual empezó a <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>r el primero y fundamental hábito <strong>de</strong> <strong>la</strong>s personas que, en cualquier medio,<br />
son <strong>altamente</strong> <strong>efectiva</strong>s: el hábito <strong>de</strong> <strong>la</strong> proactividad.<br />
Si bien <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra proactividad es ahora muy común en los textos <strong>de</strong> dirección <strong>de</strong> empresas, se trata <strong>de</strong> un<br />
término que no se encuentra en <strong>la</strong> mayoría <strong>de</strong> los diccionarios. No significa sólo tomar <strong>la</strong> iniciativa. Significa<br />
que, como seres humanos, somos responsables <strong>de</strong> nues tras propias vidas. Nuestra conducta es una función <strong>de</strong><br />
nuestras <strong>de</strong>cisiones, no <strong>de</strong> nuestras condiciones. Po<strong>de</strong>mos subordinar los sentimientos a los valores. Tenemos<br />
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