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Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva- Stephen R.Covey

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<strong>Los</strong> 7 <strong>hábitos</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>gente</strong> <strong>altamente</strong> <strong>efectiva</strong><br />

<strong>Stephen</strong> R. <strong>Covey</strong><br />

experiencia educativa. Solicitó el ingreso en <strong>la</strong> escue<strong>la</strong>, y <strong>de</strong>spués se lo comunicó al padre, quien <strong>de</strong> nuevo<br />

<strong>de</strong>mostró su amor incondicional al aceptar totalmente <strong>la</strong> <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong>l hijo. Mi amigo se sintió feliz, pero no en<br />

exceso, pues había aprendido verda<strong>de</strong>ramen te a amar sin condiciones.<br />

Dag Hammarskjold, ex secretario general <strong>de</strong> <strong>la</strong>s Naciones Unidas, formuló cierta vez una observación<br />

profunda y <strong>de</strong> amplio alcance: «Es más noble entregarse por completo a un indi viduo, que trabajar con<br />

diligencia por <strong>la</strong> salvación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s masas».<br />

Entiendo que esto significa que puedo <strong>de</strong>dicar ocho, diez o doce horas al día, cinco, seis o siete días a <strong>la</strong><br />

semana, a los mil<strong>la</strong>res <strong>de</strong> personas y proyectos que están «allí afuera», y sin embargo no tener una re<strong>la</strong>ción<br />

profunda, significativa, con mi esposa, mi hijo adolescente o mis compañeros <strong>de</strong> trabajo más próximos. Y<br />

requeriría más nobleza <strong>de</strong> carácter —más humildad, coraje y fuerza— reconstruir esas re<strong>la</strong>ciones singu<strong>la</strong>res,<br />

que seguir consagrando todas esas horas a una multitud <strong>de</strong> personas y causas.<br />

En veinticinco años <strong>de</strong> asesoramiento a organizaciones, siempre me ha impresionado el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> ese<br />

enunciado. Muchos <strong>de</strong> los problemas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s organizaciones provienen <strong>de</strong> dificulta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> re<strong>la</strong>ción en <strong>la</strong> cumbre:<br />

entre los dos socios <strong>de</strong> un estudio profesional, entre el propietario y el presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> una compañía, entre el<br />

presi<strong>de</strong>nte y el vicepresi<strong>de</strong>nte ejecutivo. Verda<strong>de</strong>ramente se necesita más nobleza <strong>de</strong> carácter para afrontar y<br />

resolver esas cuestiones que para continuar trabajando con diligencia a favor <strong>de</strong> los muchos proyectos y<br />

personas que están «allí afuera».<br />

Cuando tropecé por primera vez con <strong>la</strong> frase <strong>de</strong> Hammarskjold, yo estaba trabajando en una organización<br />

en <strong>la</strong> que <strong>la</strong>s expectativas entre el individuo que era mi mano <strong>de</strong>recha y yo mismo no estaban muy c<strong>la</strong>ras. Yo<br />

simplemente no tuve el coraje <strong>de</strong> afrontar nuestras diferencias <strong>de</strong> expectativas <strong>de</strong> roles, metas y valores,<br />

particu<strong>la</strong>rmente en lo concerniente a nuestros métodos <strong>de</strong> administración. De modo que trabajé algunos meses<br />

siguiendo arreglos transitorios para evitar lo que podría convertirse en una confrontación muy <strong>de</strong>sagradable,<br />

mientras en el interior <strong>de</strong> aquel hombre y en el mío se <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>ban sentimientos negativos.<br />

Después <strong>de</strong> leer que es más noble entregarse completamente a un individuo que trabajar con diligencia por<br />

<strong>la</strong> salvación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s masas, me sentí profundamente influido por <strong>la</strong> i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> reconstruir esa re<strong>la</strong>ción.<br />

Tenía que pertrecharme bien para lo que me esperaba, porque sabía que iba a ser realmente difícil sacar a<br />

<strong>la</strong> luz los problemas y lograr una comprensión y un compromiso profundos y compartidos. Re cuerdo haber<br />

temb<strong>la</strong>do antes <strong>de</strong> <strong>la</strong> visita. Él parecía un hombre muy duro, muy convencido <strong>de</strong> sus propios métodos y sus<br />

aptitu<strong>de</strong>s. Temía que una confrontación amenazara nuestras re<strong>la</strong>ciones y que como consecuencia yo perdiera<br />

su co<strong>la</strong>boración.<br />

Realicé un ensayo general mental <strong>de</strong> <strong>la</strong> visita que esperaba, y fi nalmente tomé posiciones en mi interior en<br />

lo referente a ciertos principios, pero no a <strong>la</strong> práctica <strong>de</strong> lo que iba a <strong>de</strong>cir y hacer. Después alcancé un estado<br />

<strong>de</strong> paz mental y me sentí con el coraje suficiente para empren<strong>de</strong>r <strong>la</strong> comunicación.<br />

Cuando nos reunimos, para mi sorpresa total, <strong>de</strong>scubrí que aquel hombre había atravesado el mismo<br />

proceso, y también <strong>de</strong>seaba mantener esa conversación. Era cualquier cosa menos duro y auto<strong>de</strong>fensivo.<br />

Sin embargo, teníamos estilos administrativos consi<strong>de</strong>rablemente distintos, y toda <strong>la</strong> organización estaba<br />

reaccionando a esas diferencias. Ambos reconocimos los problemas que nuestra <strong>de</strong>sunión había originado. Al<br />

cabo <strong>de</strong> varias visitas, pudimos afrontar <strong>la</strong>s cuestiones más profundas, poner<strong>la</strong>s sobre <strong>la</strong> mesa, y resolver<strong>la</strong>s<br />

una a una con un espíritu <strong>de</strong> gran respeto mutuo. Fuimos capaces <strong>de</strong> crear un po<strong>de</strong>roso equipo en el que nos<br />

complementábamos, y <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>r un profundo afecto personal, que tuvo una enorme influencia en nuestra<br />

aptitud para trabajar juntos con efectividad.<br />

Para crear <strong>la</strong> unidad necesaria en <strong>la</strong> conducción <strong>efectiva</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> empresa, <strong>de</strong> una familia o un matrimonio, se<br />

requiere gran fuerza y coraje personales. En el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> re<strong>la</strong>ciones, no se pue<strong>de</strong> com pensar <strong>la</strong> falta <strong>de</strong><br />

nobleza <strong>de</strong>l carácter personal con numerosas habilida<strong>de</strong>s técnicas para <strong>la</strong> administración <strong>de</strong>l trabajo. Es en un<br />

nivel muy esencial, <strong>de</strong> persona a persona, don<strong>de</strong> vivimos <strong>la</strong>s leyes primordiales <strong>de</strong>l amor y <strong>la</strong> vida.<br />

<strong>Los</strong> problemas P son oportunida<strong>de</strong>s CP<br />

Esta experiencia también me enseñó otro po<strong>de</strong>roso paradigma <strong>de</strong> inter<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, concerniente al modo<br />

en que vemos los problemas. Durante meses había tratado <strong>de</strong> eludir <strong>la</strong> cuestión, viéndo<strong>la</strong> como una fuente <strong>de</strong><br />

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