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Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva- Stephen R.Covey

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<strong>Los</strong> 7 <strong>hábitos</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>gente</strong> <strong>altamente</strong> <strong>efectiva</strong><br />

<strong>Stephen</strong> R. <strong>Covey</strong><br />

Las leyes <strong>de</strong>l amor y <strong>la</strong>s leyes <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida<br />

Cuando efectuamos <strong>de</strong>pósitos <strong>de</strong> amor incondicional, cuando vi vimos <strong>la</strong>s leyes primordiales <strong>de</strong>l amor,<br />

también estamos animando a otros para que lo hagan. En otras pa<strong>la</strong>bras, cuando verda<strong>de</strong>ramente amamos a<br />

los <strong>de</strong>más sin poner condiciones, sin ataduras, los ayudamos a sentirse seguros, a salvo, validados y afirmados<br />

en su mérito esencial, en su i<strong>de</strong>ntidad e integridad.<br />

Se anima su proceso natural <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo. Les facilitamos <strong>la</strong> vi vencia <strong>de</strong> <strong>la</strong>s leyes <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida —<br />

cooperación, contribución, autodisciplina, integridad— y a <strong>de</strong>scubrir y ser fieles a lo mejor y más importante <strong>de</strong><br />

su propio interior. Les otorgamos <strong>la</strong> libertad <strong>de</strong> actuar sobre <strong>la</strong> base <strong>de</strong> sus propios imperativos internos, en<br />

lugar <strong>de</strong> reaccionar a nuestras condiciones y limitaciones. Esto no significa que seamos permisivos o b<strong>la</strong>ndos,<br />

lo cual es en sí mismo un reintegro importante. Aconsejamos, imploramos, establecemos límites y<br />

consecuencias. Pero amamos a cualquier precio.<br />

Cuando vio<strong>la</strong>mos <strong>la</strong>s leyes primordiales <strong>de</strong>l amor —cuando imponemos ataduras y condiciones a ese<br />

don— en realidad animamos a los otros a vio<strong>la</strong>r <strong>la</strong>s leyes primordiales <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida. <strong>Los</strong> colocamos en una<br />

situación <strong>de</strong>fensiva y reactiva en <strong>la</strong> que sienten que tienen que <strong>de</strong>mostrar: «Yo importo como persona,<br />

in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> ti».<br />

En realidad, no son in<strong>de</strong>pendientes. Son contra <strong>de</strong>pendientes; esto es otra forma <strong>de</strong> <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia y está en<br />

el extremo inferior <strong>de</strong>l continuum <strong>de</strong> <strong>la</strong> madurez. Se vuelven reactivos, casi centrados totalmente en el enemigo,<br />

más preocupados por <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r sus «<strong>de</strong>rechos» y por producir pruebas <strong>de</strong> su individualidad, que por escuchar<br />

proactivamente y por hacer honor a sus propios imperativos internos.<br />

La rebelión es un nudo <strong>de</strong>l corazón, no <strong>de</strong> <strong>la</strong> mente. La c<strong>la</strong>ve es efectuar <strong>de</strong>pósitos, <strong>de</strong>pósitos continuos <strong>de</strong><br />

amor incondicional.<br />

Tuve un amigo que era <strong>de</strong>cano <strong>de</strong> una escue<strong>la</strong> muy prestigiosa. (*) Durante años p<strong>la</strong>nificó y ahorró para<br />

que su hijo tuviera <strong>la</strong> oportunidad <strong>de</strong> asistir a esa misma institución, pero, cuando llegó el momento, el<br />

muchacho se negó a hacerlo.<br />

Esto preocupó profundamente al padre. Graduarse en esa escue <strong>la</strong> representaba para el joven una gran<br />

ventaja. A<strong>de</strong>más se trataba <strong>de</strong> una tradición familiar. Tres generaciones anteriores habían estudiado en aquel<br />

establecimiento. El padre arguyó, exhortó y habló. Tambié n trató <strong>de</strong> escuchar a su hijo para compren<strong>de</strong>rlo,<br />

confiando siempre en que el muchacho cambiaría <strong>de</strong> opinión.<br />

Sutilmente, estaba transmitiendo un mensaje <strong>de</strong> amor condicional. El hijo sentía que, en alguna medida, el<br />

<strong>de</strong>seo <strong>de</strong>l padre acerca <strong>de</strong> que él estudiara en esa escue<strong>la</strong> era mayor que el valor que le asignaba como<br />

persona y como hijo, lo que resultaba terriblemente amenazante. En consecuencia, luchó por su propia<br />

i<strong>de</strong>ntidad e integridad, intensificando sus esfuerzos y reforzando su resolución para racionalizar su <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong><br />

no inscribirse en <strong>la</strong> institución.<br />

(*) He cambiado algunos <strong>de</strong> los <strong>de</strong>talles <strong>de</strong> esta historia para preservar el anonimato <strong>de</strong> los involucrados.<br />

Después <strong>de</strong> un intenso autoanálisis, el padre optó por hacer un sacrificio: renunciar al amor condicional.<br />

Sabía que el hijo podría no efectuar <strong>la</strong>s elecciones que él <strong>de</strong>seaba; sin embargo, padre y madre resolvieron<br />

amar al hijo incondicionalmente, con in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> su elección. Resultaba extremadamente difícil, porque el<br />

valor <strong>de</strong> <strong>la</strong> experiencia educativa <strong>de</strong>l joven estaba muy cerca <strong>de</strong> sus corazones, y porque se trataba <strong>de</strong> algo que<br />

habían p<strong>la</strong>neado y por lo que habían luchado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su nacimiento.<br />

Padre y madre atravesaron un proceso muy difícil <strong>de</strong> reescritura <strong>de</strong>l guión, luchando por compren<strong>de</strong>r<br />

realmente <strong>la</strong> naturaleza <strong>de</strong>l amor incondicional. Le dijeron al muchacho lo que estaban haciendo y por qué, y<br />

también que habían llegado a un punto en el que podían <strong>de</strong>cir con toda honestidad que <strong>la</strong> <strong>de</strong>cisión que tomara<br />

no afectaría ni en lo más mínimo el amor incondicional que experimentaban por él. Ellos no hacían eso para<br />

manipu<strong>la</strong>rle, para «ponerlo en or<strong>de</strong>n». Lo hacían como prolongación lógica <strong>de</strong> su crecimiento y <strong>de</strong> su carácter.<br />

El muchacho casi no reaccionó en aquel momento, pero en ese punto sus padres poseían un paradigma tal<br />

<strong>de</strong> amor incondicional que sus sentimientos no podían variar por ello. Más o menos una semana <strong>de</strong>spués, el<br />

hijo les confirmó su <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> no ir a aquel<strong>la</strong> escue<strong>la</strong>. Ellos estaban perfectamente preparados para tal<br />

respuesta, y siguieron <strong>de</strong>mostrándole un amor incondicional. Todo estaba en or<strong>de</strong>n, y <strong>la</strong> vida continuó<br />

normalmente.<br />

Al cabo <strong>de</strong> poco tiempo, ocurrió algo interesante. Como el chico ya no sentía <strong>la</strong> necesidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r su<br />

posición, son<strong>de</strong>ó más profundamente su interioridad y <strong>de</strong>scubrió que en realidad quería pasar por aquel<strong>la</strong><br />

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